Crítica histórica (ley antidrogas)

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Perspectiva crítica

Publicaciones y ponencias oficiales por parte de muchos gobiernos y de los dirigentes de la administración anti-drogas (INCB, UNODC, DEA) - es decir el discurso oficial - mencionan la história para legitimar la política actual. Destaca el avance en el completamiento del sistema de control desde los princípios del siglo XX e el papel de los grandes protagonistas de las convenciones internacionales como por ejemplo Charles Brent. Trata-se por lo tanto de un discurso monumental (y a veces anticuario).

Lo que falta en este discurso oficial y dominante es la perspectiva de los que sufrieron los efectos dañosos de la história del control jurídico-social de las drogas ilícitas. El discurso oficial ni menciona la posibilidad de que el sistema prohibicionista también fue y va a costo de alguién. Como si no hubiera desvantajas. Así que lo que nos falta es una reconstrucción crítica de la história de las normas nacionales e internacionales que hoy forman el régimen global de prohibición (Ethan Nadelmann).

Necesitase una perspectiva que enfatiza los perjuicios del combate contra las drogas ilícitas. Una que lleve en consideración no solo el daño provocado por el consumo pero también también el daño provocado por la lucha anti-drogas. En otras palabras necesita-se una história del derecho de las drogas del punto de vista de las víctimas.

Perspectiva victimológica

  1. Fumigación del cultivo de coca. YouTube: El Gobierno del Ecuador presentó el 31 de marzo de 2008, ante la Corte Internacional de Justicia, en La Haya, una demanda contra Colombia "para poner fin a las aspersiones aéreas de químicos herbicidas altamente tóxicos a lo largo de la frontera ecuatoriano-colombiana y a los serios daños que éstas han causado y continúan causando, dentro del territorio ecuatoriano, a la salud y bienestar de la población local, incluyendo las comunidades indígenas que han sido desplazadas como resultado de las aspersiones químicas." Vea también: Fumigación de cultivos ilícitos (con glifosato)
  2. Patrimonio, liberdad, vida -- amenazas contra la población de barrios (o pueblos de indígenas) por parte de pandillas e también por parte de policías etc. (extorsiones, asesinatos individuales y massacres).
  3. Soberania ("La bandera de la guerra contra las drogas es sistemáticamente utilizada para justificar acciones contra la soberanía de los Estados (Plan Dignidad, lanzado por Estados Unidos contra los productores de hoja de coca, en Bolivia, en 1998, promoviendo años de inestabilidad política en aquel país), además de la militarización de acciones antidrogas, como el entrenamiento de paramilitares colombianos por grupos norteamericanos y subsecuentes escándalos de violaciones de derechos humanos en aquel país, generando una de las más grandes poblaciones de refugiados internos y externos del mundo"; Fernanda Mena 2010)
  4. Derechos humanos: "El objetivo de “erradicar” las drogas del planeta, expreso en los principales acuerdos internacionales postulados por las Naciones Unidas, también estimula medidas que no están amparadas por principios de derechos humanos, como envenenamiento del solo en áreas del plantío de coca, marihuana o amapola, ejecuciones extrajudiciales y desplazamiento de recursos públicos de áreas vitales como salud, infra-estructura y educación, para sectores involucrados en el combate del tráfico y en la prisión de pequeños consumidores y grandes traficantes" (Fernanda Mena 2010]
  5. América Latina:"Como los países de América Latina son los principales productores y mayoristas de drogas, mientras que Europa y los EE.UU. - los grandes arquitectos de la actual política global antidrogas - son en su mayoría zonas de consumo, las medidas más radicales de combate a la producción y al tráfico terminan por atingir a América Latina, que todavía sufre de la debilidad de sus instituciones, garantías sociales y junto a un legado de las dictaduras militares que promovieron aparatos policiales de gran alcance y poca responsabilidad" (Fernanda Mena 2012)

La noción de avance en la lucha anti-drogas

La percepción de las víctimas nos lida a una visión benjaminiana de lo que se llama el "progreso" en la lucha anti-drogas. La visión dominante valoriza como éxito e como señal de avance cosas como más leyes con más tipos penales, más sanciones más duras contra más delincuentes, más detenciones y sentencias más severas y cárceles todavía más sobrellenados - e también fenómena como más traficantes muertos o más drogas confiscadas. Todo esto obedece a la lógica errada de procurar soluciones en una estratégia del "más de los mismo". Pero isto no va a solucionar la ineficiencia del sistema si el fallo está en el sistema.

Por el contrario, una história crítica del derecho de las drogas puede guiar-se por las enseñanzas de Walter Benjamin sobre "lo que nosotros llamamos progreso".

"Hay un cuadro de Klee que se titula Angelus Novus. Se ve en él un ángel, al parecer en el momento de alejarse de algo sobre lo cual clava la mirada. Tiene los ojos desorbitados, la boca abierta y las alas tendidas. El ángel de la historia debe tener ese aspecto. Su rostro está vuelto hacia el pasado. En lo que para nosotros aparece como una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única, que arroja a sus pies ruina sobre ruina, amontonándolas sin cesar. El ángel quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo destruido. Pero un huracán sopla desde el paraíso y se arremolina en sus alas, y es tan fuerte que el ángel ya no puede plegarlas. Este huracán lo arrastra irresistiblemente hacia el futuro, al cual vuelve las espaldas, mientras el cúmulo de ruinas crece ante él hasta el cielo. Este huracán es lo que nosotros llamamos progreso" (Benjamin 1940)

Literatura y enlaces externos

Orígenes de la prohibición

La indústria farmacéutica hizó más y más drogas cada vez más eficazes (1803: morfina; 1860: cocaina; 1876/1898: eroina; 1899: aspirina). El capitalismo creó condiciones miserables de vida para las clases subalternas.

Hundimiento del imperio chino

Con las dos guerras del opio (1840-42, 1856-60) las provincias de las costera fueron inundadas por el opio. Junto a las hambrunas incesantes, una epidemía del consumo problemático exacerbó la miséria. Mientras que las potencias europeas se beneficiaron de esta tendencia, los Estados Unidos trataron de proteger a China en contra de un mayor empobrecimiento - y antes de la colonización de Europa. Por lo tanto, la cuestión del opio se convirtió en un punto neurálgico en las relaciones entre los EE.UU. y Europa. Mientras Inglatierra queria continuar inundando la China con opio, los EE.UU. querian controlar y reduzir el comércio de opio para frenar la adicción de grandes partes de la población.

De Filipinas (1903) a Shanghái (1909)

EE.UU. asume el control de Filipinas en 1898 "y con él el problema del consumo de opio por parte de una minoría de población chino-filipina. Ahí tienen, pues, los norteamericanos el primer gran problema de consumo de drogas masivo en una parte de su población, pero no perdamos de vista el origen del problema: la codicia de Gran Bretaña que llevó el consumo de opio masivo a los chinos. - En 1902 viaja a Manila el primer obispo episcopal de Filipinas, Charles Henry Brent, junto con el gobernador civil nombrado por Washington, William Howard Taf. El reverendo Brent, que proviene de una parroquia pobre de Boston, asume sus funciones de misionero, instituyendo escuelas y hospitales, además de ejercer de guía espiritual y guardián de la moral para la Comisión Filipina, responsable de la administración de las islas. Su contacto con la población lo convierte en el líder internacional del movimiento contra el opio. Así se prohíbe su consumo y lo demás es historia conocida. Ya sabemos las consecuencias de la prohibición. En febrero de 1909 se reunió la Comisión del Opio de Shanghái, con la destacada participación del obispo Brent, que fue muy parecida a todas las reuniones que se celebran en nuestros días para tratar el problema del consumo de drogas. En ella Estados Unidos impuso como ejemplo para las demás naciones su estricta legislación doméstica y de aquellas lluvias estos lodos" (Juan Restrepo).

"El opio había sido un lucrativo monopolio controlado por los colonialistas españoles que gobernaban Filipinas: las licencias para vender opio (proveniente sobre todo de Turquía, Persia, Indochina y China) se subastaban al mejor postor; sin embargo, estaba prohibido vender opio a la mayoría de la población filipina. Quienes poseían estas licencias eran por lo general, pero no exclusivamente, chinos. Los fumaderos estaban administrados por chinos en su totalidad. Los funcionarios españoles permitían a los chinos ricos, demasiado meticulosos para fumar en compañía de los trabajadores, establecer centros de reunión más lujosos y exclusivos, y unas pocas casas y centros de trabajo de Manila tenían autorización para fumar opio en ellas. Este sistema recaudaba 660 000 dólares al año e impedía que los filipinos contrajesen el hábito del opio. Los nuevos gobernantes norteamericanos desecharon en seguida estos acuerdos. Los monopolios “de granjas” de opio fueron abolidos “por resultar repugnantes para las costumbres y principios del gobierno norteamericano”. Se prohibieron las tiendas y el consumo de opio. A cierto nivel, esta política fue un esfuerzo sincero por combatir un mal concreto, pero ocurrió en el contexto del antagonismo norteamericano hacia los asentamientos chinos en Estados Unidos y sus posesiones. Si bien se reconocía la laboriosidad y buena conducta de los inmigrantes chinos, existía la impresión de que era preciso restringirlos numérica y culturalmente. Como declaró en 1899 el diplomático norteamericano Charles Denby (1830-1904): “En cualquier parte del mundo a donde los chinos llegan suplantan a todos. Uno va a Singapur y se encuentra allí de veinte a treinta mil chinos; uno va a Colombo y encuentra lo mismo. Logran vender más barato que nadie y trabajan por menos salario que las demás personas, y después de haber hecho cierta cantidad de dinero regresan a China”. Nada más suprimió Estados Unidos la política tradicional española hacia el consumo de opio chino en Filipinas éste se incrementó de manera notable, pero en especial entre los filipinos. Esto se debió sólo en parte a la epidemia de cólera de 1902, durante la cual se suministraron opiáceos como medicamentos. La administración de William Taft (1857-1930), gobernador de Filipinas y más tarde vigesimoséptimo presidente de Estados Unidos, pronto se persuadió de que era necesario restaurar el sistema de licencias. Los gobernadores coloniales de todos los países consideraban estos sistemas como el medio más seguro de controlar y restringir el consumo de opio, según explicó en 1907 a un misionero anglicano el gobernador de Hong Kong sir Mathew Nathan (1862-1939): El sistema existente, bajo el cual se concede a una persona o a un sindicato de personas el privilegio exclusivo de preparar opio para fumar, es el modo más seguro de confinar al máximo el consumo de opio, ya que este sistema permite al monopolista cobrar un precio muy alto por el opio preparado, y como se trata de un chino ayudado por un grupo grande e interesado de sus compatriotas, es capaz de impedir la preparación ilícita y el contrabando de opio dentro de los límites de la colonia, opio que ni se vende ni podría venderse a un precio menor que el que él le asigna. Sin embargo, la propuesta de Taft de restaurar el sistema de licencias encontró una tenaz oposición entre los misioneros norteamericanos como Homer Clyde Stuntz (1858-1942), obispo metodista de Manila, y Charles Henry Brent (1862-1929), obispo episcopaliano de Filipinas. Brent figura entre los personajes más influyentes de la política vinculada a las drogas en el siglo XX. Un funcionario estadounidense de Filipinas le describió como “una de las personalidades más nobles y santas que jamás haya existido”. Theodore Roosevelt (1858-1919) admiraba su “combinación de serena y generosa espiritualidad, caridad, tolerancia y sincero deseo de hacer el bien”. Nacido en Canadá, Brent viajó a Filipinas en 1901 “tan sólo porque la Iglesia me lo ordenó, contra mi deseo y pese a mi rechazo a trabajar en un país latino”. A Brent le repugnaba la pérdida de tiempo, el lujo y el egocentrismo: en consecuencia, consideró la prohibición de drogas adictivas como un objetivo central de la misión civilizadora y cristiana de la pax Americana. Un memorándum de 1904 expresa los principios de su fe, que resultaron fundamentales para la concreción de los esfuerzos de Estados Unidos de erradicar el tráfico y el consumo de drogas a escala internacional. Él confiaba en que Filipinas llegaría a ser un baluarte de los valores norteamericanos en aquella región atrasada e indisciplinada del mundo."

Mientras que las clases medias del mundo occidental usaban drogas como la morfina y la cocaina sin maiores problemas, en el sudeste de Asia la situación llegó a un punto. Con el fin de la Guerra Española-Americana (1898), los EE.UU. se convirtió en una potencia del Pacífico y ganó bastante influencia en Ásia. "China es un imperio en decadencia, faltan relativamente pocos años para que el milenario sistema de gobierno de los emperadores caiga y deje paso a la república. Las convulsiones políticas del gigante asiático, unidas a una serie de calamidades como sequías e inundaciones, empujan a la población costera a una de las grandes diásporas que a lo largo de los siglos han protagonizado los chinos. Buena parte de esa emigración llega a Filipinas, colonia española que se encuentra con unos recién llegados apegados al consumo de opio desde hace varias generaciones. De modo que el gobierno español de aquellas lejanas islas del Pacífico enfrenta el problema administrando el monopolio gubernamental sobre el estupefaciente. El opio se negocia bajo contrato con los comerciantes, los cuales pagan impuestos sobre las ventas a los chinos, único grupo étnico autorizado para comprarlo. Este sistema se mantiene durante medio siglo. Cuando el control español desaparece súbitamente, las importaciones de opio incrementan. ¿Qué ha pasado?" (Juan Restrepo)

  • "España es también un imperio en decadencia y una potencia emergente asoma la cabeza en Extremo Oriente: Estados Unidos. El ánimo expansionista norteamericano ha despojado a España, en 1898, de Cuba y Puerto Rico en el Caribe y, acto seguido, de Guam y Filipinas en Oriente. El presidente Theodore Roosevelt quiere participar en el festín que en aquella región del mundo tienen Rusia, Francia, Gran Bretaña, Alemania y Japón. Liberan, pues, los norteamericanos a los filipinos del “yugo español” y éstos, que lucharon junto a los yankees para echar a los españoles esperando independizarse, se encuentran con que Roosevelt les explica que las islas aún no están listas para autogobernarse, asume el control de Filipinas y con él el problema del consumo de opio por parte de una minoría de población chino-filipina. Ahí tienen, pues, los norteamericanos el primer gran problema de consumo de drogas masivo en una parte de su población (pero no perdamos de vista el ...)

De Shanghái (1909) a la Haya (1912)

Literatura y enlaces externos

Véase también

Fragmentos

Utilidad y perjuício de la história. Según Nietzsche, las personas pueden establecer tres modalidades de vinculación con el pasado - y de estas tres formas de relación se desprenden tres tipos de historia. Las personas pueden usar la história como ejemplo para su actividad y su lucha (história monumental)

  • preservarla y admirarla, como una pieza de museo (história anticuaria)
  • sufrirla con dolor y usar-la para liberarse (história crítica).