Unidad terapéutica e educativa (UTE)

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La Unidad Terapéutica y Educativa (UTE), representa un modelo alternativo a la cárcel tradicional, porque de esta manera, transforma la realidad penitenciaria eliminando la subcultura carcelaria que hace de la prisión una escuela de delincuencia y la convierte en un espacio educativo. Este logro se hace posible por el encuentro en una dinámica de cogestión o corresponsabilidad entre los dos colectivos que conforman el escenario penitenciario: profesionales penitenciarios e internos, superando la desconfianza, el distanciamiento y el enfrentamiento que históricamente ha marcado sus relaciones.


História

La gran expansión del consumo de opiáceos y otras drogas que se producen en nuestro país a partir de 1978 con la llamada “crisis de la heroína”, va a tener una alta repercusión social en cuanto genera una gran alarma entre la ciudadanía y que provoca en última instancia la aparición en del Plan Nacional Sobre Drogas, con el acuerdo unánime de todos los grupos parlamentarios.

Este fenómeno de la drogodependencia se va a manifestar en el ámbito penitenciario, como no podía ser de otra manera, propiciando un cambio paulatino del perfil de las personas que ingresa en los centros penitenciarios, que va a estar vinculado a la toxicomanía. El impacto del cambio de perfiles supone una modificación de la dinámica de vida en las prisiones que giraba alrededor de la droga, convirtiendo esta causa en enfoque directo de la mayoría de conflictos que se producen en los centros penitenciarios.

Por lo tanto, la droga se convierte en un elemento dinamizador de la subcultura carcelaria. Sin embargo, en este contexto, este problema se planta como un problema más sin convertirse en el eje central de las políticas penitenciarias.

Ante esta realidad descrita que ocurre en nuestro país, en 1992 se inicia por parte de profesionales penitenciarios un proceso de intervención, en la antigua prisión provisional de Oviedo, que va a culminar en la llamada Unidad Terapéutica y Educativa. Esta unidad se presenta como la referencia en la intervención tratamental en nuestro país, como un modelo alternativo al modelo tradicional. Se trata de un proceso que se construye día a día del que se parte de un contrato terapéutico que vincula a los profesionales con los internos que padecen una “dependencia de las drogas”.

Es de importancia remarcar que, el ordenamiento legislativo de la intervención con las personas privativas de libertad establece que el fin de la Institución penitenciaria es la reeducación y reinserción social, protegiendo y velando la salud de los internos, utilizando los programas y técnicas de carácter psicosocial que vayan orientadas aquellas problemáticas específicas, debiendo tener el interno con dependencia de sustancias psicoactivas la posibilidad de seguir programas de tratamiento, de deshabituación y de atención especializada.

Sin duda, los delitos contra la salud pública y la reinserción se han convertido en un punto de interés general que la sociedad intenta erradicar. De esta forma, trabajar conjuntamente con drogodependientes para lograr su reinserción se convierte en una problemática que se ha de solventar con éxito para el bien de ellos y de la población en general. Así pues, nuestra elección del tema se ha basado principalmente en conocer el funcionamiento de la Unidad Terapéutica y Educativa. Además, la UTE es el único centro español donde se trabajo con drogadictos para reinsertarlos en la sociedad, lo cual dota de actual y pionero al Centro de Villabona.

El presente artículo se analiza de forma muy específica y detallada la estructura y funcionamiento de la UTE.


LA UTE

La Unidad Terapéutica y Educativa (UTE), representa un modelo alternativo a la cárcel tradicional, porque de esta manera, transforma la realidad penitenciaria eliminando la subcultura carcelaria que hace de la prisión una escuela de delincuencia y la convierte en un espacio educativo. Este logro se hace posible por el encuentro en una dinámica de cogestión o corresponsabilidad entre los dos colectivos que conforman el escenario penitenciario: profesionales penitenciarios e internos, superando la desconfianza, el distanciamiento y el enfrentamiento que históricamente ha marcado sus relaciones.

Los principales fundamentos de la Unidad Terapéutica y Educativa son: en primer lugar, el reconocimiento de la potencialidad, calidad profesional y humana del trabajador penitenciario, con especial referencia al grupo de vigilancia y la primera línea de intervención en el centro penitenciario. En segundo lugar, el reconocimiento de los Internos como sujetos activos en su proceso de cambio personal. Y finalmente, el encuentro entre ambos colectivos superando el antagonismo histórico y estableciendo un modelo de relaciones en un marco de cogestión o corresponsabilidad, que se concreta en la creación de una organización social que va a generar o posibilitar:

• La superación de la subcultura carcelaria en el espacio físico de la prisión, un espacio libre de drogas, sin violencia, sin grupos de presión... en el que tienen cabida hombres y mujeres, jóvenes y adultos, toxicómanos o no, primarios y reincidentes, preventivos y penados, excepto condenados por delitos de tipología sexual en aquella unidad en la que convivan internas.

• Esta unidad terapéutica tiene como eje central el grupo terapéutico, junto con la escuela y las actividades formativo-ocupacionales como instrumentos de intervención y de desarrollo terapéutico. • La concienciación de los Internos a través de la asunción de los déficit y carencias que arrastra en el proceso de su vida y que le van a conducir a la actividad delictiva.

• Estimación de los saludos a través de la creación de un espacio saludable para los internos en general, y para todos aquellos que padecen enfermedades infecto-contagiosas en particular, que se concreta a través del Taller de Educación para la Salud.

• Un espacio educativo en todas sus dimensiones, es decir, que todas las actividades y experiencias desarrolladas tienen el mismo carácter.

• Aislamiento del resto de la población reclusa y apertura a la sociedad, con la que se relaciona tanto en el interior como en el exterior, a través de las distintas instituciones públicas y privadas.

• Valoración del concepto de reinserción.

• La prevención, en cuanto que evita los procesos de desocialización que surgen de la similación de cárcel como escuela de delincuencia, lo que afecta principalmente a los jóvenes que ingresan por primera vez en prisión, que tienen la posibilidad de ingresar directamente en la unidad y así evitar que pasen por otros módulos. En definitiva, se trata de que todo el tiempo de privación de libertad en el espacio físico que representa esta Unidad sea tiempo terapéutico y educativo.

Entre los objetivos de la Unidad terapéutica encontramos los objetivos generales y específicos; el objetivos general es la preparación sistemática del Interno a través de un proceso psicoeducativo integral que le permita la concienciación y normalización a fin de capacitarlo para conseguir su reinserción en la sociedad directamente o a través de los diversos recursos terapéuticos externos, mientras que entre los objetivos específicos podemos destacar: La desintoxicación y deshabituación en las personas afectadas por su adicción a las drogas. La integración y estabilización de las personas con larga trayectoria toxicofílica en programas de disminución de daños. El adquirir mecanismos y actitudes que le ayuden a reforzar su proceso personal de cambio y el abandono de las conductas delictivas. Interiorizar hábitos y habilidades sociales que le permitan adoptar una forma de vida saludable. Educar en valores y actitudes prosociales. Promover la positiva utilización del tiempo libre. Iniciar y/o reiniciar estudios inacabados u otro tipo de formación. Trabajar la comunicación y las relaciones positivas entre las personas. Y fomentar aspectos de crecimiento personal como el autocontrol, la autoestima, sinceridad y responsabilidad, entre otros.

Dentro de la Unidad Terapéutica y Educativa podemos encontrar dos tipos de organizaciones, la organización general y la organización social. Dentro de la primera podemos encontrar:

• Los ingresos en la unidad en el momento de su encarcelamiento: aquellas personas que estén llevando tratamiento en alguna entidad terapéutica en el exterior, los jóvenes de 21 años con o sin adicciones a las drogas y que voluntariamente lo soliciten y aquellos casos que por sus circunstancias valore el Equipo Multidisciplinar. Mientras que durante su encarcelamiento cualquier interno de la prisión solicite por instancia su inclusión.

• Las expulsiones son determinadas por el Equipo Multidisciplinar y las principales causas que pueden llevara las explosiones son la utilización de la violencia tanto verbal como física, la introducción de drogas o cualquier material no autorizado y el incumplimiento de otras normas establecidas.

• Las derivaciones a los distintos recursos terapéuticos del exterior se realizarán a través del art. 182 del Reglamento Penitenciario que posibilita la excarcelación del interno para la realización del programa terapéutico y el cumplimiento de la condena.

• Las comunicaciones y visitas de lo familiares representan un instrumento terapéutico de alto valor en el proceso de los internos, por lo que se ejerce un especial control y seguimiento de las mismas. No se autorizan las comunicaciones y visitas con aquellos familiares o amigos que pueden ser perjudiciales por su relación con el mundo marginal y delincuencial. En el caso de que el/la interno no está dispuesto a renunciar por escrito dicha relación no podrá permanecer en la UTE.

• La UTE juega un papel solidario con aquellos internos que carecen de recursos económicos, éstos perciben semanalmente a través del economato una ayuda en productos.

• La gestión de los recursos económicos que perciben el/la interno representa un factor relevante dentro de su proceso terapéutico y educativo, por tanto se establece un control riguroso del dinero que van a percibir los internos y de la organización del gasto personal.

• El Equipo Multidisciplinar establece un sistema de horarios específicos que facilita el desarrollo de las actividades terapéuticas y educativas. Por otro lado, la organización social de la Unidad Terapéutica y Educativa responde a un modelo basado en la responsabilidad compartida por profesionales y personas internas. Dentro de esta organización podemos encontrar diferentes equipos: el equipo de coordinación, el equipo multidisciplinar, los tutores, las funciones colaboradores, el grupo de apoyo, el grupo de representantes, las comisiones de trabajo y por último, la asamblea.

El equipo de coordinación: Está formado por dos funcionarios y un monitor ocupacional. Representa un elemento imprescindible para hacer frente con éxito la actividad diaria. Dentro de las funciones del equipo de coordinación podemos destacar la distribución de las tareas diarias de trabajo, atender los conflictos que surjan dentro del Equipo, coordinación con la Subdirección de Tratamiento del Centro Penitenciario, representar al Equipo ante la Dirección y las Entidades Públicas y Privadas, elaborar y presentar la memoria anual e informar al Equipo sobre todos aquellos asuntos relacionados con la UTE.

El equipo multidisciplinar: Representa el órgano máximo de decisión de la UTE. Esta formado por el personal funcionario de los diferentes ámbitos profesionales de la institución, con especial relevancia del área de funcionarios y funcionarias de vigilancia, y el seguimiento del proceso terapéutico de las personas internas durante las 24 horas del día. Dentro de las funciones del equipo multidisciplinar podemos destacar la planificación de las actividades a desarrollar en cada jornada, y en especial la distribución de la realización de los distintos grupos terapéuticos, planteamiento de las derivaciones a distintos centros terapéuticos, proposición de los ingresos en la Unidad y las expulsiones, etc.

Los tutores: Es de gran relevancia, para el Equipo Multidisciplinario, el trabajo realizado por los funcionarios de vigilancia en cuanto a la realización de las tutorías. En el desempeño de esta función se constata de manera concluyente el cambio de rol de vigilante a educador y educadora. Entre las funciones más relevantes cabe señalar: llevar un seguimiento pormenorizado, tanto del grupo que tiene asignado como de cada uno de los internos e internas que lo componen, informar y proponer sobre cualquier tipo de cuestión relacionada con los internos e internas de su grupo y hacer propuestas relacionadas con salidas terapéuticas, permisos, progresiones de grado, cambios de grupo, etc.

Los funcionarios colaboradores: Nueva figura que complementa la actividad del Equipo Multidisciplinar. Está integrado por todos aquellos profesionales que no habiendo plaza en la UTE quieran participar en las tareas que se vienen desarrollando en la misma. Su principal función es hacer el seguimiento y la mediación desde los diferentes departamentos del Centro Penitenciario de aquellos internos que soliciten su inclusión en la UTE.

El grupo de apoyo: Está integrado por aquellos internos que han adquirido un cierto nivel de concienciación e implicación en su proceso terapéutico. Tienen la función de plantear y proponer todas aquellas cuestiones que tengan que ver con el funcionamiento diario de esta Unidad, recibir a los ingresos e informarles del funcionamiento de la Unidad Terapéutica, y demandar de los mismos la entrega de cualquier tipo de objeto o sustancias prohibidas, y explicar el contrato terapéutico para la posterior firma del mismo, llevar el seguimiento de los internos e internas que integran su grupo terapéutico, tanto en su aspecto personal como en la dinámica grupal, controlar todas las actividades ocupacional- formativas que se desarrollen en la Unidad y observar el cumplimiento de aquellas imposiciones y tareas establecidas por el Equipo Multidisciplinar.

El grupo de representantes: Lo forman aquellos internos que empiezan a destacar de forma positiva en los distintos grupos y que en el futuro podrán ser propuestos para internos de apoyo. Los nombra el Equipo Técnico a propuesta del Grupo de Apoyo. Su función es el seguimiento y control de las tareas que le son asignadas por los internos e internas de apoyo de los respectivos grupos y confirmadas por el Equipo Multidisciplinar, como es la responsabilidad de las diferentes tareas que conforman la actividad diaria en la Unidad, entre las que se encuentran el control de las comunicaciones telefónicas, economato, comedor, talleres, listas para la visita médica, así como el acceso a las celdas u otras áreas de la Unidad prohibidas durante el desarrollo de las actividades diarias. Las comisiones de trabajo: Las comisiones de trabajo suponen un instrumento de participación y control en los diferentes bloques de actividades que se desarrollan en la UTE. Se abarcan en talleres ocupacionales y formativos, talleres culturales y recreativos, deporte y sanidad, higiene y alimentación. Las funciones de las comisiones son dinamizar y motivar a la participación diaria de todos los internos y las internas de la UTE.

La asamblea: Es un instrumento complementario que escenifica una vez más el sistema de cogestión o corresponsabilidad en el que se fundamenta la UTE. Sus principales funciones son: informar sobre temas que por su trascendencia son de necesario conocimiento por parte de todo el colectivo de personas internas, servir de punto de encuentro para la reflexión en situaciones de crisis que se viven en la UTE, preparar e informar sobre los encuentros con la sociedad más relevantes que se producen a lo largo del año y medio para la cohesión y pertenencia de la persona interna a la comunidad que representa la UTE. Otro de los puntos a destacar de la Unidad Terapéutica y Educativa son los Instrumentos de intervención que está formado por el grupo terapéutico y la escuela. El grupo terapéutico, por un lado, está integrado por los internos que acceden a la UTE. Cada grupo no puede superar a los 15 internos, más dos del grupo de apoyo, y dirigido por uno o más profesionales. Este grupo tiene que servir de espacio de comunicación donde las personas internas van a mostrar todas sus carencias y déficit de socialización, a través de la revisión, reflexión y confrontación con el resto de miembros del grupo; y también de espacio de análisis de los acontecimientos que vive en el día a día desde el ingreso en esta Unidad. Ha de servir para motivar la sinceridad y honestidad y crear el ambiente necesario para que el interno y la interna se sientan personas acogidas, escuchadas y queridas. Por otro lado, la escuela representa uno de los pilares más importantes de la UTE. Es un medio estimulante, atractivo y dinámico, que ayuda a obtener el nivel de concienciación y normalización. Dentro de las funciones, podemos considerar como las más relevantes, la prevención en el consumo de alcohol y otras drogas con alumnos de secundaria de Centros Escolares Asturianos, colaboración de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Oviedo como Centro de prácticas de alumnos de dicha facultar, enseñanza secundaria para personas adultas, etc.

Talleres y asistencias proporcionadas: Dentro de los talleres y asistencias proporcionadas nos encontramos con actividades formativo-ocupacionales, cursos formativos en el exterior, la asistencia sanitaria y psiquiátrica y taller de educación para la salud. Las actividades formativo-ocupacionales se conciben como parte importante de la educación integral de las personas y favorecen la adquisición de hábitos y conductas determinadas y la generalización y mantenimiento de las habilidades. Están formadas por talleres autogestionados, que se desarrolan por los propios internos (por ejemplo: punto de cruz, debates, dibujos, etc.), talleres con profesionales voluntarios, que son los impartidos por las ONG que colaboran con la UTE (taller de relajación, taller literario, etc.), y por último, talleres de formación profesional, que pretenden buscar un acercamiento de la persona a un posible “perfil profesional”. Estos cursos se ajustan a un programa oficial de contenidos y horas según el programa de INEM y son impartidos por expertos profesionales. Los cursos formativos en el exterior tienen un valor primordial en la futura inserción laboral del interno. Sus principales funciones son: la capacitación de los internos para una futura inserción en el mundo laboral, desarrollo de hábitos y actitudes de trabajo y recurso fundamental en su proceso de socialización. La asistencia sanitaria y psiquiátrica juega un papel muy importante dentro de la UTE, representa un recurso de máxima sensibilidad y preocupación para los internos. La aparición de todo tipo de enfermedades infecto-contagiosas (VIH, Hepatitis C, Tuberculosis, etc.) unido a las enfermedades de tipo psiquiátrico asociadas al consumo de sustancias como la cocaína, drogas de diseño, etc. Ha convertido a los internos de los Centros Penitenciarios en la población de alto riesgo desde el punto de vista de la salud. Su función está orientada a la prevención, curación y rehabilitación.

Los talleres de educación para la salud presentan un grupo de educación entre iguales, cuya actividad incide en un cambio de actitudes y comportamientos para prevenir, tratar y afrontar adecuadamente el tema de VIH y otras enfermedades anteriormente mencionadas. Sus funciones más importantes son: proporcionar apoyo emocional y comprensión, conseguir una buena adhesión al tratamiento a corto y largo plazo, promover hábitos de vida saludable, preventivos y de auto cuidados, etc.

Relaciones con la comunidad: Juega un papel muy importante la familia, que se constituye como el recurso más importante de apoyo y seguimiento en el tratamiento y reinserción del interno, siendo una fuente de información y conocimiento vitales en el proceso terapéutico. El contacto tiene que ser permanente y paralelo a la evolución del interno, y sus principales funciones son: facilitar información real del proceso de socialización del internos, tanto dentro del ámbito familia como escolar, laboral, social y grupos de referencia; conocer la estructura familiar y su dinámica de funcionamiento, evaluar los conflictos y formas de compensación y/o solución y trabajar coordinadamente con el Equipo Multidisciplinar en el proceso terapéutico del interno. También se consideran de gran relevancia las jornadas realizadas, es decir, los encuentros con la sociedad que tienen como función, compartir con las entidades invitadas todos aquellos aspectos que van a tener trascendencia para el presente y futuro de los internos, sensibilizar y dar a conocer a la sociedad de la realidad penitenciaria y escenificar la apertura de la Unidad Terapéutica y Educativa a la sociedad de la que forma parte.

Conclusiones

Toda política pública surge tras la detección de un problema social que, se cree, podrá eliminarse o reducirse mediante la generación de ciertos cambios en la población, consecuencia de la política en sí. Así pues, la Unidad Terapéutica Educativa surge como respuesta a un problema de consumo y drogadicción de sustancias tóxicas en las cárceles españolas en general y en el CP de Villabona en particular. Como se comentaba en la introducción, desde la crisis de la heroína (1978) el consumo y adicción a las drogas experimenta un crecimiento exponencial; este problema será el objeto de la política.

El problema referido en el párrafo anterior alcanza su magnitud debido a la generalización del consumo de drogas, por su carácter novedoso y deshinibidor, a la mayor parte de la población, todas las clases sociales consumen y, en particular se extiende el consumo entre los jóvenes. Además de esta generalización y normalización, el consumo se centraliza en los espacios y tiempos de ocio. La expansión del consumo provoca un problema aún mayor, la expansión del VIH-SIDA, favorecida por el intercambio de jeringuillas. Como se ha comentado en la introducción, ésta expansión del consumo llega a las cárceles con un índice muy alto y modula un cambio en el perfil del interno. Éstas son las posibles causas del problema y su futuro es desconocido, pues con la aplicación de otras políticas como el Plan Nacional Sobre Drogas, cuyo objetivo era reducir el consumo a través del aumento represivo de las penas y multas, se ha conseguido, por ejemplo, centralizar el consumo en la intimidad, espacio de muy difícil acceso. Sin embargo, empresas como la creación de la UTE, parece tener resultados positivos significativos. Cabe destacar que los principales detectores del problema e impulsores de la política fue Faustino García Zapico (educador y coordinador), con la ayuda de Begoña Longoria González (trabajadora social), Manuel Ignacio Noriega Carro (maestro), y Esteban Álvarez Fresno (psicólogo), principalmente y entre otros. La política o tratamiento alternativo lo impulsa Faustino García Zapico junto con Begoña Longoria, principalmente; y se trata de un programa el cual no está previsto para su evaluación, al menos eso indican una serie de acontecimientos explicados en el apartado de metodología. No obstante, el programa nació como respuesta al problema de la droga en el mundo penitenciario; es decir, la prioridad social del programa eran los reclusos que presentaban drogadicción. Más adelante la UTE amplió su campo de actuación y actualmente no establece límites o prioridades. En relación con las prioridades geográficas o temporales, no se ha obsevado ningún indicio de alguna de ellas.

La Unidad Terapéutica Educativa, con relativamente pocos recursos realiza una serie de actividades, todas ellas encaminadas al establecimiento de una dinámica de vida saludable; es decir el producto o output que se espera de las mismas. Las actividades referidas han sido explicadas anteriormente. Cómo evaluadores de la Unidad, pensamos que los recursos materiales se ajustan el máximo posible a los más adecuados, que sería la vida en libertad; puesto que se crea un espacio saludable, favorecedor de la creación de vínculo sociales, dónde se forma a los internos tanto en materia escolar como laboral, etc. Respeto a los recursos humanos, pensamos que son los más adecuados como medio para conseguir el impacto esperado en la población de la UTE, objeto de la política. La defensa anterior se basa en la combinación de dos fuentes de recursos humanos; una está formada por el Equipo Multidisciplinar, imprescindible para el abordaje del problema desde distintas perspectivas. Y la otra fuente la componen los mismos internos con más antigüedad en la Unidad, quiénes ejercen a su vez de internos tratados como de “terapeutas” o, mejor dicho, de educadores y observadores comportamentales (igual que los vigilantes de seguridad). La principal función de los educadores internos no es ejercer una educación activa (dando pautas, premiando o castigando comportamientos, etc.), sino una educación pasiva, pues sirven de modelo en el proceso de modelaje de los internos más nóveles en la Unidad, un aspecto importante del aprendizaje social.

En relación con el volumen del personal que lleva a cabo las actividades de la política , lo consideramos adecuado ya que interviene uno o más educadores sociales por cada 15 internos; además de los funcionarios en materia de seguridad/vigilancia, que en la UTE actúan a su vez de educadores. Consideramos tal proporción (1 educador cada 15 internos) suficiente para alcanzar los objetivos que se plantea el programa en relación al “grupo terapéutico”. A los profesionales anteriores tenemos que sumarle los psicólogos, maestros, trabajadores sociales… que ayudan a los educadores en su actividad desde perspectivas y funciones diferentes. Respeto a la motivación del personal nos manifestamos en la misma línea, la consideramos óptima. Cabe mencionar que los profesionales de la UTE, así como los internos, también disfrutan de las ventajas del espacio terapéutico-educativo; ya que ellos también se alejan de la subcultura penitenciaria habitual, dónde su tarea se limitaba exclusiva y rígidamente a la vigilancia, y dónde eran directos “enemigos” de los internos. En la UTE, las relaciones entre interno y profesional son más cordiales, igualitarias (sin tanto desequilibrio de poder) y respetuosas. Además, aquí desarrollan otras capacidades como personas, capacidades como educador o agente socializador, por ejemplo. De éste modo aumenta la relevancia percibida del propio puesto, y con ello su bienestar psicológico, actitudes laborales, motivación y eficacia en su tarea (Bravo, Gómez-Jacinto y Montalbán, Revista de Psicología Social, 2004, 19 (1), 17-33. Socialización policial).

En cuanto a la competencia de los ejecutores de los outputs o productos, queda manifiesta, especialmente en el caso de los principales impulsores –Faustino y Begoña-, ya que presentan una larga carrera como ejecutores de tratamientos penitenciarios. Su formación teórica la realizan en Barcelona y, posteriormente en su tierra natal, aplicaron tal formación en la política objeto de nuestra evaluación, la UTE.

Referencias Bibliográficas

- UTE Centro Penitenciario de Villabona. Visitado el 17 de Enero de 2015. Recuperado de: http://www.utevillabona.es/node/39

- Unidad terapéutica y Educativa. Centro Penitenciario de Villabona. Un modelo de intervención penitenciaria. Visitado el 22 de Enero.Recuperado de : http://www.institucionpenitenciaria.es/web/export/sites/default/datos/descargables/publicaciones/Documento_Penitenciario_1.pdf


--Mercedes 17:09, 25. Jan. 2016 (CET)MERCEDES PICCHI Y KETEVAN GORGAZDE