Tráfico de Órganos

Introducción.

El dinero que mueve el tráfico de órganos.

El tráfico de órganos consiste en sustraer y vender órganos procedentes de personas que son secuestradas o de donantes que venden sus órganos en unas circunstancias éticamente cuestionables.

En este artículo queremos documentar el gran crecimiento que está sufriendo el turismo de trasplantes y el tráfico global de cuerpos debido a los deseos y necesidades humanas movidos por la escasez y la pobreza. Los trasplantes de órganos tienen hoy día un espacio trasnacional ya que pacientes, donantes, cirujanos, vendedores e intermediarios cruzan fronteras guiados por el capital y la desesperación. En general, los órganos fluyen de países subdesarrollados a países desarrollados, de los cuerpos más pobres a los más ricos. Las largas listas de espera para recibir un trasplante unido a la escasez de donantes de órganos legales, ha generado un comercio ilegal impulsado por la oferta y demanda del mercado.

Para el desarrollo de este artículo hemos tenido en cuenta dos documentales, por un lado Historias del tráfico de órganos y por otro Conexión Israelí.

Ambos documentales nos muestran la realidad del comercio de órganos desde perspectivas diferentes, pues este delito se da de tres formas específicas.

De acuerdo con Vladimir Makei (2015) la primera es la trata de personas con el propósito de extraerles los órganos (tráfico humano). En segundo lugar, está lo que se conoce como “turismo de trasplante” lo que implica que posibles receptores viajen principalmente (pero no exclusivamente) desde países desarrollados a países en desarrollo en los que se someten a un trasplante de órganos comprados a donantes locales. Y en tercer lugar, nos encontramos con el tráfico de órganos en sentido estricto, es decir, el traslado ilícito de órganos humanos entre países.

Historias del tráfico de órganos.

Este documental nos muestra el gran problema que se encuentra vigente en todas las sociedades del mundo. No hay donantes suficientes (vivos o cadavéricos) para la cantidad de demanda de órganos existente. El número de enfermos que muere cada año en lista de espera para recibir un órgano crece cada vez más. La gente tiene miedo al quirófano por lo que son muy pocos los que acuden voluntariamente a donar sus órganos, además, tampoco están dispuestos a regalar los órganos de sus seres queridos que han fallecido.

Historias del tráfico de órganos es una producción canadiense que muestra la angustia de los enfermos, la desesperación de los más pobres y la codicia de los traficantes de órganos.

“Es uno de los grandes milagros de la medicina moderna, salvar a un paciente moribundo con un órgano trasplantado. Pero en el mundo, faltan órganos para donar y sobra gente pobre que cree que la solución a su sufrimiento no es recibir un órgano, sino venderlo”. Así es como se da comienzo a este documental en el que nos muestran historias de vida de gente que ya ha gastado todos los recursos para poder alargar su vida y recurren al mercado negro en el que existe una oferta de casi todos los órganos y tejidos prescindibles: córneas, óvulos, riñones, pulmones, trozos de hígado humano, etc.

“Si no encuentro un donante pronto en este país, tendré que decidir si estoy dispuesto a cargar sobre mi conciencia el peso de comprar un riñón a alguien. O elegir morir” es el testimonio de un enfermo estadounidense enganchado a una máquina de diálisis.

Cada año, en todo el mundo, miles de personas toman la misma decisión. Hace 50 años, no era posible quitarle un órgano a una persona viva para salvar a otra. Hoy día es casi rutinario. Nacemos con dos riñones y con los cuidados adecuados es posible vivir sólo con uno.

Hay miles de personas sobreviviendo bajo el umbral de la pobreza que recurren al mercado negro con el propósito de vender una parte de su cuerpo y salir de la miseria. Son víctimas de un sistema no regulado. “A veces sólo gano 1.80€ para toda la semana” es lo que dice un joven filipino dispuesto a donar un órgano para sacar adelante a su familia. La motivación de los países subdesarrollados para recurrir a este mercado es brutal pues obtendrían más dinero del que ganarían trabajando uno o dos años en la aldea.

Las ofertas más rentables se encuentran en los barrios más marginales.

Así pues, hay quienes están dispuestos a vender uno de sus riñones por el precio de un ordenador portátil. Dadas las censuras que recaen sobre el mercado de órganos no es posible determinar con exactitud cuánto dinero mueve al año este comercio, sin embargo, podemos encontrar en las redes anuncios en los que se ofertan órganos por un valor de entre los 10.000 y los 140.000 euros dependiendo del tipo de órgano.

En España, como en el resto de países de Europa está prohibida la remuneración por la entrega de un órgano, y el comercio de este tipo de bienes está sancionado penalmente por la ley orgánica 10/1994 de 2015, donde según el "artículo 156 bis:"

1. Los que promuevan, favorezcan, faciliten o publiciten la obtención o el tráfico ilegal de órganos humanos ajenos o el trasplante de los mismos serán castigados con la pena de prisión de seis a doce años si se tratara de un órgano principal, y de prisión de tres a seis años si el órgano fuera no principal.

2. Si el receptor del órgano consintiera la realización del trasplante conociendo su origen ilícito será castigado con las mismas penas que en el apartado anterior, que podrán ser rebajadas en uno o dos grados atendiendo a las circunstancias del hecho y del culpable.

Sin embargo, y como ya mencionábamos anteriormente, la desesperación de los enfermos crónicos que esperan en largas listas para recibir un trasplante (algunos llevan esperando incluso 10 años), los lleva a trasladarse a otros países con el fin de encontrar solución a su problema. Sorprendentemente, las ciudades globales de esta economía no son Londres, Nueva York y Tokio, sino Estambul, Lima, Lvov, Tel Aviv, Chisinau, Bombay, Johannesburgo y Manila donde grandes mafias captan a humildes campesinos que salen de Rumania y Moldavia, entre otros países, en busca de un futuro mejor (Scheper-Hughes:2005).

Zaki Shapira,cirujano israelí. Ha realizado más de 850 trasplantes de órganos ilegales.

El mercado negro se encuentra regulado por organizaciones criminales que se encargan de poner en contacto al comprador con el donante. Estas organizaciones también se encargan de informarles cómo debe seguirse el procedimiento para no acabar encarcelados. Así pues, los someten a una entrevista en la que se les enseñan a argumentar que la donación se lleva a cabo por razones altruistas y no por dinero. Dentro de este mercado negro también encontramos a cirujanos, urólogos y otros especialistas dispuestos a llevar a cabo este sucio trabajo.

Zaki Shapira, un cirujano israelí muy perseguido por la policía, realizó 850 trasplantes ilegales en uno de los mercados más populares del tráfico de órganos en Turquía. Tras una entrevista llevada a cabo en el documental, Shapira argumenta:

"Me da igual lo que se escriba de mi mientras yo esté feliz conmigo mismo. Salvo vidas de personas. Nunca nos pareció mal que alguien pagase por el riñón que recibía. La gente quiere vivir y eso lo cambia todo, y si el gobierno no es capaz de encontrarles un riñón, de darles la vida, seguirán pagando por ello".

Pero está claro que este negocio privilegia a una clase de pacientes (los que reciben el órgano) frente a otra clase de no pacientes que pasan desapercibidos e invisibles. Son personas infinitamente vulnerables y extirparle un órgano es algo indigno.

Conexión Israelí.

Conexión Israelí (2013), es otro de los espeluznantes documentales en los que se puede apreciar miles de casos de secuestros de órganos de civiles palestinos por parte del régimen sionista de Israel. A medida que va avanzando el documental, nos damos cuenta que las víctimas no son solamente palestinos, sino también los propios israelíes y cualquier ser humano sin distinción de etnia ni raza, violando así la ley israelí y el Derecho Internacional. Además, las víctimas coinciden generalmente con una franja de edad de entre 18 y 25 años, pues es el momento en el que los órganos son más fuertes y más eficaces para soportar un trasplante.

Ciudadano Palestino detenido por el Gobierno Israelí por ondear la bandera palestina

Es curioso como el Rabinato nunca menciona “la prohibición de mutilar un cuerpo sin vida” con referencia sólo y exclusivamente a otros judíos y no para los gentiles (los no judíos), así lo da a entender diversas citas, como la siguiente del Talmud (obra que recoge discusiones rabínicas) que si bien, bastante se aleja de lo que nosotros consideramos que son los derechos humanos:

Talmud (obra que recoge discusiones rabínicas)

“Si tú comes con un Gentil (un no judío), es lo mismo que si comes con un perro” (Tosapoth, Jebamoth 94b).

El documental comienza con la historia de la familia Hiller, una familia israelí, cuyo hijo había sido soldado del ejército de Israel y que según las autoridades israelíes se había quitado la vida por lo que no les dejaron ver su cuerpo, siendo sepultado tras haberle realizado la “conveniente autopsia”. Dos años más tarde y ante los numerosos rumores de que el gobierno israelí y en concreto, el Instituto de Patología del Ministerio de Salud robaban órganos de las víctimas secuestradas por los sionistas, esta familia decide desenterrar en primera persona el ataúd en el que su hijo yacía y mantenerlo en casa sin proceder a su apertura hasta que se convocara un Comité de Investigación y trajeran a un patólogo extranjero para informarles sobre si realmente murió por propia decisión o fue asesinado y si fuera así, corroborar que sus órganos también fueron extirpados.

Tras examinar el cadáver, se confirma efectivamente que el soldado había sido asesinado y no solo eso, sino que ninguno de sus órganos estaban, obviamente por el avanzado grado de descomposición pero, además de ello el patólogo afirmó que fueron extraídos y que además su cuerpo no se volvió a cerrar tras esta actuación.

En medio de este revuelo político y criminal, hubo un corresponsal político israelí llamado Ronen Bergman, el cual trataba investigaciones de corrupción militar y que fue de gran ayuda para el esclarecimiento de esta gran corrupción criminal, especialmente del patólogo del Instituto Forense de Abu Kabir, pues era muy difícil de creer que quien informaba a la Nación del número de víctimas tras un atentado suicida, fuese en realidad un gran criminal.

Instituto Forense de Abu Kabir.

Ronen Bergman,corresponsal político israelí.

También entró una noche en el interior de la Institución para investigar qué estaba pasando allí y efectivamente, se encontró con que todo estaba repleto de neveras con órganos o inmersos en jarras con formalina. Además se encontraron todo tipo de huesos y numerosos cadáveres sobre los cuales se habían realizado autopsias sin el permiso de las familias robando posteriormente sus órganos y lo que es peor, habían rellenado el interior de los cadáveres con palos de madera, telas, cañerías, papel de baño o cualquier otro objeto que pudiera darle al cuerpo el mismo volumen que tenía cuando aún mantenía los órganos dentro. Muchos de estos órganos fueron vendidos para ser implantados en personas israelíes vivas, pero también muchos de ellos eran tomados para investigaciones del propio Instituto, sin ningún tipo de información a los familiares de las víctimas.

Derivado de ello, también surgieron diversos rumores referidos a asesinatos y extracción de órganos de los presos palestinos por parte de los sionistas y que éstos cuerpos ya sin vida jamás eran devueltos a sus familias en Palestina según comenta el responsable del Centro de Ayuda de Jerusalén:

“Lo hacen por venganza racista, quieren castigar a los palestinos y a los árabes incluso después de morir y utilizar esta humillación como una amenaza dirigida al pueblo palestino y árabe para que abandonen su resistencia contra Israel”.

Presos Palestinos en cárceles israelíes. Nuevas víctimas del tráfico de órganos

A ello, se le une el objetivo de ocultar la manera de que los asesinan, si los capturan con vida y lo asesinan o simplemente quieren ocultar la razón por la que le faltan partes del cuerpo u órganos. Estos presos palestinos pasan por unas pruebas médicas realizadas por los correspondientes facultativos del Gobierno Israelí para saber si sus órganos están sanos o no y si están libres de cáncer, aunque ellos nunca lleguen a saber cuál es el verdadero objetivo. Su fin, al no ser devueltos sus cuerpos a sus familiares, es acabar en unos cementerios llamados “cementerios de números” en el que es imposible saber a quién pertenece cada tumba pues simplemente les distinguen unos de otros un simple número suponiendo una gran humillación, además de que las tumbas carecen de condiciones humanas. Como bien afirma el responsable de Centro de Ayuda de Jerusalén:

“Los cementerios de números me recuerda a lo que los nazis hicieron en los campos de concentración. El Gobierno Israelí mantiene un comportamiento completamente inmoral, actuando altamente por encima de la ley.”

Por todo ello, piden a la Comunidad Internacional:

- Que destapen este problema y fuercen al Gobierno Israelí a desvelar sus políticas y la información que posee.

- Que Israel asuma la responsabilidad de sus prácticas y que se ponga fin a su impunidad actuando por encima de las Leyes Internacionales.

- Que la Cruz Roja, al igual que hizo en Siria investigue estas prisiones y cementerios y descubran las razones que se esconden detrás y así se logre actuar según los convenios de Ginebra para que se tomen las medidas apropiadas.

Ronald Bostrom, periodista sueco testigo de de la muerte de Bilal Ahmed.

El documental termina con el caso de Bilal Ahmed Ghanem, un palestino de 19 años de edad, quien fue asesinado a tiros en 1992 por las fuerzas de ocupación israelíes en la localidad cisjordana de Imatin por motivos como ondear la bandera palestina o tirar piedras contra ellos. Bostrom, un periodista sueco, fue testigo de la muerte del hombre y dijo que el cuerpo de Ghanem fue secuestrado por soldados israelíes tras el tiroteo y fue devuelto a la medianoche, durante un toque de queda impuesto, con un corte desde el estómago hasta el cuello que había sido cosido.

A partir de este incidente, numerosas familias palestinas informaron al periodista de que sospechaban que el ejército israelí habían extirpado los órganos de sus hijos después de que fueran sido asesinados y trasladados por las fuerzas de ocupación israelíes.

¿A qué precio?.

Como anteriormente hemos mencionado, el tráfico de órganos es un realidad existente en cada rincón del mundo pero donde se hace aún más notable no son sorprendentemente ciudades como Londres, Nueva York o Tokio, sino países como México, Brasil, Moldavia, Rumanía, Israel, Irak, Turquía, India, Líbano y China entre otras. Obviamente cada país mantiene una lista de precios distinta aunque con cantidades aproximadas internacionalmente, siendo sin duda el órgano más demandado el riñón.

Lista de precios en Euros de órganos humanos.

Un humano normal nace con dos riñones,pero podríamos hacer una vida totalmente normal con uno solo de ellos. Ahora sí, si el único riñón que tenemos nos falla, nuestro cuerpo estará en serios problemas pudiendo morir en algunas semanas si no se hace algo para evitar tal situación.

Mapa de los países más relevantes en tráfico de órganos.

A modo de ejemplo, solo en Chile hay más de 17.000 personas que están en diálisis por problemas renales, mas de 1.000 de ellos están en lista de espera para trasplante, otros muchos esperarán largos años hasta tener dicha posibilidad, pero también hay muchos que ni siquiera podrán recibir un órgano pese a cumplir todos los requisitos necesarios para obtener un riñón.

En Estados Unidos la cifra es aún mayor, hay casi 1.000.000 de personas con enfermedad renal cónica en etapa terminal. La tecnología para la cirugía y fármacos anti rechazo han llegado a tal punto que uno de los pocos requisitos entre donante y receptor es la compatibilidad entre grupo de sangre. Más de 5.000 personas mueren cada año en Estados Unidos esperando un trasplante, su lista de espera es de aproximadamente 3 a 5 años. Mientras tanto los enfermos esperan conectándose varias veces a la semana a una máquina de diálisis que les permite prolongar su vida por lo que el costo anual en USA por cada paciente en diálisis es bastante alta, aproximadamente U$75.000.

Bibliografía.

- AP OT PRODUCTIONS (Productor), & Bienstock, R.E. (Director). (2014). Historias del tráfico de órganos. Canadá: Ldt. Recuperado de: http://www.dailymotion.com/video/x29jnre_historias-del-trafico-de-organos_people

- España. Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal. Boletín Oficial del Estado, 3 de marzo de 2015, nº. 77. Recuperado de: https://boe.es/legislacion/codigos/codigo.php?id=038_Codigo_Penal_y_legislacion_complementaria&modo=1

- Makei, V. (2015). El tráfico de personas por sus órganos. Revista Migraciones Forzadas. Recuperado de: http://www.fmreview.org/es/cambioclimatico-desastres/makei.pdf

- Scheper-Hughes, N. (2005). El comercio infame: Capitalismo milenarista, valores humanos y justicia global en el tráfico de órganos. Revista De Antropología Social, 14, 195-236,385-386. Recuperado de: http://0-search.proquest.com.athenea.upo.es/docview/221237680?accountid=14695

- FUNDAMERCED. " Movimiento criminogénico tradicionalista". Recuperado de: http://fundamerced.blogspot.com.es/2015/06/extraccion-de-organos-nuevo.html

-Conexión Israelí. Documental. Disponible en:

Parte 1 https://www.youtube.com/watch?v=ssbY1n0oIUA

Parte 2 https://www.youtube.com/watch?v=ykmjYhWENNc

Parte 3 https://www.youtube.com/watch?v=B9utIXoma8E

Parte 4 https://www.youtube.com/watch?v=yH6TK93j1Rw