Genocidio en Ruanda

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Ruanda es el país que sufrió el genocidio más rápido de toda la historia, alrededor de 800.000 muertos en tres meses. La población se encuentra dividida en tres grupos étnicos: los hutus, los tutsis y los twas. Antes de la época colonial estos tres grupos étnicos habitaban Ruanda, los hutus eran la población mayoritaria (por cada tutsi había 8 hutus). Ambos se diferenciaban por clanes no por etnias; en general los hutus eran buenos agricultores y los tutsi eran pastores. Los beneficios que aportó el ganado llevo a los tutsi al poder ocupando el estrato superior en el sistema social. Sin embargo, en la Ruanda precolonial los límites entre clases no estaban definidos y existía la movilidad social; así un hutu que lograba prosperar podía ingresar en el grupo de los tutsis, mientras que un tutsi arruinado era considerado un hutu. La división social funcionaba con un sistema de clanes, entre los que destacó el clan tutsi Nyinginya como uno de los más poderosos y que durante 1800 expandió su influencia mediante la conquista y el ofrecimiento de protección a cambio de tributos.

Comienzo del conflicto étnico

A finales de 1950 la situación política comenzó a cambiar, ya que el movimiento político hutu fue ganando poder mientras que la etnia tutsi perdió alguno de sus privilegios. Concretamente, en 1959 se dio una revuelta hutu que acabó con la vida de cientos de tutsis y obligó a muchos de los restantes al exilio. Este fue el comienzo de la conocida como “Revolución Campesina Hutu” y que significó el fin del antiguo régimen de dominación de los tutsi.

Esto solo hizo aumentar la tensión étnica, ya que los tutsi exiliados empezaron a atacar al gobierno hutu entre 1962 y 1967, lo que tuvo como consecuencia la muerte de un elevado número de civiles tutsi en Ruanda y más exiliados. Esta situación permaneció así hasta que en 1973 tuvo lugar un golpe de Estado llevado a cabo por el general Juvénal Habyarimana (perteneciente a la facción más radical de los hutus) para derrocar al gobierno hutu (más moderado) que en ese momento gobernaba. Este presidente se negó a que los tutsi exiliados volvieran a Ruanda a pesar de que estos no pararon de exigir el cumplimiento de su derecho de regresar a Ruanda. Esto llevó a que los tutsis exiliados crearan el Frente Patriótico Ruandés (FPR) con el propósito de conseguir la repatriación.

La guerra civil

En 1990 el FPR comenzó a atacar Ruanda causando la muerte y el desplazamiento de un gran número de personas. Esto, sumado a la campaña del gobierno y a la de los medios de comunicación (en especial la radio), hizo que los tutsi que aún permanecían en el país y que los hutus de los partidos opositores fueran considerados traidores. Así, se estableció una guerra intermitente entre el FPR y el gobierno hutu.

La situación no cambió hasta 1993, cuando se firmó el acuerdo de paz de Arusha, que en teoría pondría fin a la guerra. Ese mismo año el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas creó la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para Ruanda (UNAMIR), con el objetivo de ayudar en el proceso de paz.

Sin embargo, el acuerdo no cumplió con su finalidad, ya que algunos de los participantes de dicho acuerdo no querían mantener la paz. Así, posteriormente ha sido demostrado que la facción más extremista de los hutu planeaba una campaña para exterminar a los tutsi y a los hutu más moderados mientras establecían las condiciones de la paz.

El genocidio

La guerra civil entre el gobierno hutu y el FPR finalizó cuando el avión del presidente Habyarimana fue derribado por misiles el 6 de abril de 1994. La autoría de este acto no está clara, pero los hutus culparon a los tutsis de la muerte del presidente, lo que fue el desencadenante del genocidio.

Horas después de este hecho, la primera ministra Agathe Uwilingiyimana fue asesinada junto con 10 soldados belgas pertenecientes a las fuerzas de seguridad de la ONU por soldados del gobierno ruandés. Como consecuencia, la ONU retiró a la mayoría de sus fuerzas de seguridad y a los militares que quedaron se les ordenó no intervenir salvo para ayudar a los ciudadanos extranjeros a salir del país, dejando de esta forma a la población civil desprotegida. También fueron asesinados los líderes hutus moderados. Esto desencadenó grandes matanzas en las que se calcula que murieron 800000 tutsi y hutus moderados. Aunque no sólo se llevaron a cabo matanzas, también se produjeron violaciones (entre 150000 y 250000 mujeres fueron violadas).

El genocidio no sólo continuó, sino que empeoró debido a la indiferencia de la comunidad internacional. La ONU, a pesar de los informes enviados por el general Roméo Dallaire (comandante de las fuerzas de seguridad de la ONU en Ruanda) y de que en varias ocasiones solicitó refuerzos, no intervino hasta el final del genocidio ya que algunos de los países pertenecientes a la ONU (especialmente Estados Unidos) no hacían sino entorpecer las negociaciones para enviar ayuda a Ruanda. De hecho, potencias como Francia, Estados Unidos, Bélgica y Egipto ayudaron al gobierno ruandés mediante la venta de armas y el entrenamiento militar debido a sus intereses económicos en la zona.

No fue hasta el 22 de junio cuando el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó una misión (comandada por Francia) para acabar con el genocidio. Esta misión, denominada Operación Turquesa, salvó a cientos de civiles en la región sudoccidental de Ruanda, aunque también se ha sabido que, debido a que Francia apoyó al gobierno hutu, se permitió que los oficiales y milicianos que participaron en el genocidio cruzaran la frontera para huir del país. Sin embargo, en otras zonas la masacre no acabó hasta el 4 de julio de 1994, cuando el FPR finalmente consiguió controlar todo el país.

Actualidad: convivencia entre supervivientes y asesinos

Se creó un Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR) por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para procesar y juzgar a los individuos acusados de cometer violaciones, mutilaciones, esclavitud sexual y otras formas de violación perpetrados durante el conflicto armado como infracción del art. 3 del Convenio de Ginebra. Afirmó que la violación y otras violencias sexuales configuran actos de genocidio «del mismo modo que cualquier otro acto cometido con el intento específico de destruir, total o parcialmente, a un grupo específico ; estos actos fueron cometidos sólo contra las mujeres tutsi las cuáles fueron sometidas a las peores humillaciones públicas, mutiladas y violadas repetidas veces, frecuentemente en público, en el edificio del bureau communal o en otros lugares públicos, y frecuentemente por más de un agresor. Estas violaciones llevaron a la destrucción física y psicológica de las mujeres tutsis, de sus familias y de sus comunidades. La violencia sexual fue parte integral del proceso de destrucción, fijando como objeto específico a las mujeres tutsis, y contribuyendo a la destrucción del grupo tutsi como un todo. Este Tribunal ha dictado fallos históricos entre los que destaca la condena del que fuera Primer Ministro durante el genocidio, Jean Kambanda, a cadena perpetua. Este juicio fue el primer caso en que un acusado reconociera ser culpable del delito de genocidio ante un tribunal penal internacional. Fue también la primera vez en que se condenó a un jefe de gobierno.

Del ámbito internacional al ámbito nacional de los tribunales en Ruanda se enjuició a los acusados de planificar el genocidio o de cometer graves atrocidades, entre ellas la violación. En 2000, los tribunales nacionales seguían procesando a más de 120.000 sospechosos en espera de juicio y para mediados de 2006, los tribunales nacionales habían juzgado a unos 10.000 sospechosos de haber cometido genocidio.

Y reduciendo aún más el ámbito de actuación de la justicia se restableció el sistema tradicional de tribunales populares denominados “Gacaca” para dar solución al hecho de que todavía quedaba por celebrar juicio a miles de acusados que todavía estaban en espera de juicio en el sistema de tribunales nacionales y llevar la justicia y la reconciliación a las masas populares. El funcionamiento de estos tribunales es el siguiente, las comunidades eligen jueces que celebraron las vistas de los juicios a sospechosos de genocidio acusados de todo tipo de delitos, excepto el de planificar el genocidio. Los tribunales dictan sentencias menos severas, si la persona está arrepentida y procura reconciliarse con la comunidad. A menudo, los reos que confiesan regresan a su hogar sin que se les imponga otro tipo de sanción o reciben órdenes de prestar servicios comunitarios. Oficialmente estos tribunales dejaron de funcionar en el año 2010.

Testimonios de algunos supervivientes

1.- Alodie fue una niña violada y torturada por soldados del ejército hutu a la que le contagiaron la enfermedad del VIH en esa violación. [1]

2.- Assumpta una joven que perdió a todos sus familiares en el genocidio y fue víctima de constantes violaciones y palizas. [2]

3.- Gratia fue una muchacha violada por soldados del ejército hutu en numerosas ocasiones y obligada a ser la esposa de uno de ellos contra su voluntad. [3]

4.- Jean fue un niño que sobrevivió a la matanza en una iglesia de Musha. [4]

5.- Teddy es un joven que huyó al monte con su familia cuando comenzaron los asesinatos [5]

Bibliografía

CARDOSO ONOFRE DE ALENCAR. E, `` La violencia sexual contra las mujeres en los conflictos armados´´ Un análisis de la jurisprudencia de los tribunales ad hoc para la Ex-Yugoslavia y Ruanda, Revista para el Análisis del Derecho, ISSN-e 1698-739X, Nº. 4, 2011.

Asunto Akayesu, Trial Ch., Judg (Case nº ICTR-96-4-T), para. 731-732

El siglo de los genocidios : violencias, masacres y procesos genocidas desde Armenia a Ruanda / Bernard Bruneteau ; traducción de Florencia Peyrou y Hugo García, 2006

Un pueblo descuartizado: genocidio y masacres en Ruanda, 1994 por Kabagema, Edouard; Gasana, James K; Arozarena, Ramón

Rwanda genocide of 1994 Encyclopædia Britannica Online, 07/2016

When victims become killers: colonialism, nativism, and the genocide in Rwanda por Mamdani, Mahmood, 2002, 3ª ed.

Página web del Centro de Información de las Naciones Unidas [6]

MUKASHEMA. I, MULLET.E, ``Current mental health and reconciliation sentiment of victims of the genocide against Tutsi in Rwanda Estado actual de salud mental y sentimiento de reconciliacion en las victimas del genocidio Tutsi en Ruanda´´ Revista de Psicología Social, 01/2010, Volumen 25, Número 1

SENDÍN GUTIÉRREZ. J.C; ``Crear realidad en televisión: Análisis de la cobertura informativa del genocidio ruandés en Televisión Española´´ Revista de estudios de comunicación ISSN-e 1137-1102, Nº. 24, 2008, págs. 11-28

ROBERGUE. M.C, ``Jurisdicción de los Tribunales ad hoc para ex Yugoslavia y Ruanda por lo que respecta a los crímenes de lesa humanidad y de genocidio´´

SÁNCHEZ PATÓN. J.M; ``La contribución del Tribunal Penal Internacional para Ruanda a la defnición del crimen de genocidio´´

WALDORF. L; ``Genocidio, justicia y reconciliación en Ruanda´´

LACALLE CALDERON. M; RICO GARRIDO. S; DURAN NAVARRO. J; ``Estudio piloto de evaluación de impacto del programa de microcréditos de Cruz Roja española en Ruanda´´ Revista de Economia Mundial (Magazine of World Economy (ies), 05/2008, Volumen 19, Número 19

PARRA. R; PALMA. M; ``Desde el rincón de los meurtos y la memoria de sus familiares: aportes forenses de la antropología a los derechos humanos´´ AIBR: Revista de Antropología Iberoamericana, 2005, Número 39

PIGRAU SOLÉ. A; ``Genocidio, responsabilidad internacional e inmunidad de los jefes de Estado´´ Genocidio, responsabilidad internacional e inmunidad de los jefes de Estado por Antoni Pigrau Solé Anuario Español de Derecho Internacional, 01/2013, Volumen 29

Vídeos

Genocidio en Ruanda documental en español [7]

Ruanda, un horror sin fin [8]

20 años del genocidio de Ruanda [9]

Genocidio en Ruanda, testimonios de supervivientes [10]