Concepto de psicopatía

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Historia del Concepto

Según Sánchez (2009), “Psicopatía” significa literalmente «enfermedad de la mente» (del griego psique, mente y pathos, enfermedad). Sin embargo, la mayoría de la doctrina especializada opina que el psicópata no es un enfermo mental.

Respecto al concepto de Psicopatía, existe abundante y variada literatura en los dos últimos siglos. La clasificación diagnóstica de la psicopatía comenzó a principios del siglo XIX, cuando surgen los primeros autores que, preocupados por este déficit de la personalidad, contribuyen con sus aportaciones al desarrollo del concepto. Sin embargo, hasta principios del siglo XVIII, se creyó que el crimen psicopático era obra del diablo.


Es decir, de acuerdo con Sánchez, el origen del concepto es modificado con los años por cada uno de los siguientes autores:


La primera mención científica seria de este trastorno de la personalidad fue del médico francés Philippe Pinel, quién en 1809 utilizó el término «manía sin delirio» para denominar a este tipo de conductas alteradas de la personalidad, caracterizadas por falta de remordimientos y ausencia completa de restricciones. Sus pacientes tendían a realizar actos arriesgados e impulsivos a pesar de ser racionales y tener su capacidad de razonamiento conservada (Albaladejo, 2008). Esquirol, discípulo de Pinel, continuó la obra de su maestro y acuñó la acepción «monomanía impulsiva» para referirse al psicópata (Sánchez, 2009).


Esteban y Molero (1996) afirmaron que el médico americano Benjamin Rush en 1812, atribuyó la «insensibilidad moral» a algún defecto congénito desconocido, fundando la escuela de teóricos que trataron de encontrar una base constitucional a la psicopatía.


Según Sánchez (2009), en Inglaterra, el psiquiatra J. C. Pritchard en 1835 utilizó la denominación de «locura moral» (moral insanity) como sinónimo de locura emocional o psicológica. Este autor, definió el concepto de locura moral como «una locura consistente en una perversión mórbida de los sentimientos naturales, de los afectos, las inclinaciones, el temperamento, los hábitos, las disposiciones morales y los impulsos naturales, sin que aparezca ningún trastorno o defecto destacable de la inteligencia, o en las facultades de conocer o razonar, y particularmente, sin la presencia de ilusiones anómalas o alucinaciones». Para Pritchard, por lo tanto, son locos morales, los criminales y las personas poco decentes, carentes de sentimientos y de sentido ético. Además, López y Robles (2005) afirmaron que Pritchard entendía el cuadro como una perversión patológica de los sentimientos, afectos y de la capacidad de acción, sin que aparezcan ilusiones, alucinaciones u otras alteraciones del pensamiento, destacando que en ocasiones se ha observado una tendencia hereditaria, sobre todo de la tenencia de sentimientos de furia o malicia sin que medie provocación alguna.


C. Lombroso propuso la idea de «delincuente de nacimiento», es decir, los hombres estarían determinados biológicamente para el crimen, por lo que la conducta criminal sería una especie de conducta hereditaria (Albaladejo, 2008).

En la segunda mitad del siglo XIX la escuela francesa consideró al psicópata como una persona desequilibrada. Morel llegó a hablar en este sentido de la locura de los degenerados poniendo el concepto de «manía instintiva» en relación con esta degeneración (Sánchez, 2009).


Albaladejo (2008) afirmó que Koch en 1891 propuso que la anterior «locura moral» se cambiase por la de «inferioridad psicopática», considerando a la psicopatía no como una enfermedad mental sino como un desarrollo anómalo del carácter. Las inferioridades podían ser agudas o crónicas y de causa variada. Dentro de las diferentes causas destacaban las congénitas y permanentes que podían adopta tres formas: delicadeza psíquica, disposición psicopática y anormalidad intelectual y moral (López y Robles, 2005).


E. Kraepelin en 1896 introdujo el término «Estados psicopáticos constitucionales» con el que aludía a trastornos constitucionales que se manifiestan como personalidades mórbidas. Este término fue sustituido por el mismo Kraepelin en 1904 por «personalidad psicopática» para referirse a “Personalidades pobremente dotadas por influencias hereditarias, dañadas en sus procesos germinativos y otras influencias físicas tempranas en el desarrollo; cuya condición era parte de un proceso irreversible". (Albaladejo, 2008). Con esta definición, Kraepelin distinguirá cuatro tipos de personalidades anómalas o morbosas (Sánchez, 2009). Se estaría, por tanto, según López y Robles (2005) ante individuos que no podían ser considerados como enfermos pero a los que tampoco se les podía considerar normales ya que poseían una forma anómala de personalidad.


Además, López y Robles (2005) afirmaron que Meyer en 1906 distinguió entre sujetos psiconeuróticos y tipos constitucionalmente psicopáticos inferiores. La importancia de la obra de este autor radica en: • Usar el término psicopatía de forma restringida. • Separar este trastorno de las psicosis. • Insistir en que se trata de una anormalidad y no una enfermedad • La inferioridad permanente y congénita dará lugar a las personalidades psicopáticas. • Destacar que el trastorno produce sufrimiento a la persona y a los que están a su alrededor.


Sánchez (2009) afirmó que en 1914, Birnbaum denominó al déficit de personalidad (comportamiento antisocial) como «sociopatías» poniendo el acento en la heredabilidad como causante de las desviaciones de la personalidad, sobre todo en el ámbito de los sentimientos, de la voluntad y de los instintos.


Además, Sánchez (2009) afirmó que la Escuela Psicoanalítica de Freud calificó en 1916 a este trastorno de la personalidad como «neurosis del carácter» y señaló la importancia de las experiencias infantiles del sujeto en la génesis del trastorno. Freud señaló al psicópata como una excepción entre la mayoría de criminales.


Según Esteban y Molero (1996), Kurt Schneider en 1923 propuso una definición que se caracterizó más bien por ser práctica, en la que describió las «personalidades psicopáticas» como "aquellas personalidades anormales que a causa de su anormalidad sufren ellas mismas o hacen sufrir a la sociedad". Este concepto es aún una referencia para todos los psiquiatras alemanes. Así, Schneider entendía la psicopatía de cuatro maneras:

• Modelo de constitución hereditaria y estática

• Anomalía del carácter

• Tipo asocial

• Estructura morbosa endotímica vital

Para este autor, el criterio fundamental de las psicopatías era la ausencia total de un trastorno mental.


Hasta entonces, el estudio de las psicopatías quedó fuera del estudio médico-científico tradicional por considerarlas trastornos de orden moral. Sin embargo, a mediados del siglo XX algunos autores empezaron a cuestionar esta opinión al considerar que aquéllas podrían estar motivadas por una serie de factores de carácter biológico- genético.


El autor norteamericano Hervey Cleckley en 1941 publicó su obra «La Máscara de la Cordura» (The Mask of Sanity, 1941). Cleckley definió al psicópata como “insensible, asocial, encantador, algunas veces impulsivo o violento, el más peligroso de los criminales, el más depredador de los políticos y el negociador con menos escrúpulos”. A este autor se le atribuye la primera enumeración de los rasgos característicos de la personalidad del psicópata (Sánchez, 2009). Por su parte, Albaladejo, 2008 afirmó que en 1941, Cleckley propuso sustituir el término por el de «demencia semántica» para resaltar lo que él consideraba la característica principal del trastorno. En 1964, catalogó y describió los principales síntomas y características de los psicópatas y clasifica los rasgos de la siguiente manera:

1. Encanto superficial e inteligencia normal.

2. Ausencia de delirios y otros signos de pensamiento irracional.

3. Ausencia de nerviosismo y de manifestaciones psiconeuróticas.

4. Informalidad.

5. Falsedad e insinceridad.

6. Incapacidad para experimentar remordimiento o vergüenza.

7. Conducta antisocial irracional.

8. Falta de juicio y dificultad para aprender de la experiencia.

9. Egocentrismo patológico e incapacidad de amar.

10. Pobreza en las relaciones afectivas.

11. Pérdida específica de la intuición.

12. Poca respuesta a las relaciones interpersonales.

13. Conducta desagradable y exagerada, a veces con excesivo consumo de alcohol.

14. Amenazas de suicidio no consumadas.

15. Vida sexual impersonal, frívola y poco estable.

16. Dificultad para seguir cualquier plan de vida.


Sin embargo, el autor que más ha contribuido y aportado en los últimos años al desarrollo del concepto ha sido Robert D.Hare. Este autor tiene numerosos años de trabajo y de investigaciones en el campo de la psicopatía. Para Hare (1970), la psicopatía se define o está compuesta por “un conjunto de síntomas relacionados que se dividen en dos grandes grupos: síntomas emocionales y/o interpersonales y síntomas de desviación social”. Uniendo «las piezas del rompecabezas» obtendremos la imagen de una persona autocentrada, insensible, sin remordimientos y con una total carencia de empatía y capacidad para entablar relaciones emocionales con los demás. Se trata de una persona sin las restricciones que nos impone la conciencia (Sánchez, 2009).

Según Albaladejo (2008), Hare diferenció entre:

– Psicópata Primario: es un individuo que presenta un encanto superficial, es inteligente, no presenta delirios ni pensamientos irracionales, es informal, insincero, incapaz de experimentar culpa o remordimiento, falta de juicio práctico e incapaz de aprender de las experiencias, egocentrismo en extremo, pobreza afectiva e incapaz para amar, relaciones interpersonales escasas y tiene dificultad para seguir un plan de vida estable.

– Psicópata Secundario: correspondería a un individuo que es capaz de mostrar culpa y remordimiento, puede establecer relaciones afectivas, su conducta estaría motivada por problemas de índole neurótica.

– Psicópatas Disociales: serían individuos que presentan conductas antisociales y que pertenecen a un mundo marginal y poseen o tienen una subcultura propia. Tendrían una personalidad "normal" y serían capaces de funcionar adecuadamente dentro de su grupo, manifestando lealtad, sentimientos de culpa y afecto.

Esta diferenciación que hizo Hare es la más utilizada hoy en día en la mayor parte del mundo

Bibliografía

Albaladejo Blázquez, N. (2008). Psicópatas y Asesinos Múltiples. Psicópatas y Asesinos Múltiples. Disponible en [1]

Esteban Martínez, C. y Molero Moreno, C. (1996). Evolución histórica y cronológica del concepto de psicopatía/trastorno social de la personalidad. Revista de Historia de la Psicología, 77(1-2), 43-57.

Sánchez Garrido, F. J. (2009). Fisonomía de la Psicopatía. Concepto, origen, causas y tratamiento legal. Revista de derecho penal y criminología, (2), 79.

López Magro, C. y Robles Sánchez, J. I. (2005). Aproximación histórica al concepto de psicopatía. Psicopatología clínica, legal y forense, 5, 137-168.

Vídeo sobre psicopatía según Robert D. Hare [2]

Página web sobre Robert D. Hare con sus libros, artículos y novedades sobre congresos[3]