Bullying

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Definición

El bullying es un tipo de conflicto interpersonal que consiste en un abuso sistemático de poder en el que un estudiante o un grupo de estudiantes ejercen actos intimidatorios, agresivos y de manipulación de manera ofensiva sobre otro estudiante, víctima, que no puede defenderse fácilmente, durante un cierto tiempo, normalmente prolongado, y de forma continuada(1).

El bullying se basa en un desequilibro de poderes en el que el acosador o bully sabe que posee el poder y, por tanto, lo utiliza para hacer daño de manera consciente a la víctima por considerarla una persona débil, ya sea de forma psicológica, física o emocional. Igualmente, aunque los actos intimidatorios del acosador sobre la víctima sean puramente de carácter físico, estos siempre causarán en la víctima consecuencias psicológicas y/o emocionales(2). Aunque la intimidación puede darse de forma aislada, una vez empieza, suele continuar de manera sistemática y organizada, pretendiendo siempre ocultarla por parte del agresor para evitar este las consecuencias derivadas de los actos provocados a la víctima(3).

Además, la mayor parte del bullying es indiscriminado, es decir, no tiene por qué haber sido provocado por la persona acosada, sino que simplemente el bully ha deseado acosar a su víctima por razones que pueden implicar el hecho de que la víctima pueda ser considerada por parte del acosador como una persona débil y vulnerable. Normalmente las víctimas se convierten en personas diferentes al resto, no por sus condiciones iniciales, sino por las que crea el bully para etiquetarlo o aislarlo, por lo que esa diferencia es creada por el acosador, también incluso por el grupo si se deja llevar por este(4).

Cabe destacar la importancia de diferenciar el bullying de otras conductas que puedan parecérsele, como simples conflictos o peleas de colegio, entre individuos o grupos que por no compartir ciertos enfoques pierden las maneras y formas de convivencia, llegando a las agresiones físicas o verbales. Estas conductas no suponen situaciones de bullying puesto que se dan de forma aislada y abierta y no se da abuso ni desequilibrio de poder. Sin embargo, esto no quiere decir que no se traten estos tipos de conflictos que se dan de forma aislada, sino destacar la importancia que tiene el hecho de saber diferenciarlos para no etiquetar a los sujetos implicados como agresores o víctimas de bullying y aplicar soluciones mucho más estrictas por tratarse de un tipo de violencia grave como este tipo de acoso(5).

Ahora bien, el bullying no se localiza en una zona concreta, sino que se localiza en todos los países o en su mayoría y en todas las zonas, ya sean más pobres o más ricas, más igualitarias o más jerarquizadas. El acoso escolar no depende de razas, etnias, edad o género, sino que dependerá de las circunstancias en que el acosador decide comenzar a acosar a otra persona y la vulnerabilidad o debilidad de esta última(6).

Tipos de bullying

El acoso escolar puede presentarse de diversas formas en las que el acosador intimida a su víctima en función de la motivación del acoso que tenga este. Puede darse un solo tipo de intimidación o varios tipos solapados a su vez. Los tipos más conocidos de abuso se podrían clasificar en dos tipos:

  • Tipos en función del daño causado:

-Bullying físico: Es la forma de acoso más fácilmente detectable, debido a que consiste en producir daño físico a la víctima incluyendo mordeduras, golpes, patadas, tirones de pelo, pellizcos, arañazos, escupitajos, zancadillas, empujones o cualquier otro tipo de ataque físico(7).

-Bullying verbal: Es aquel acoso que se lleva a cabo insultando a la víctima, poniéndole motes, burlándose de ella, amenazándola o exigiéndole mediante amenazas, llamando telefónicamente para ofenderla, intimidándola, burlándose por razones racistas o burlas malévolas, haciendo comentarios crueles sobre ella, utilizando con la victima un lenguaje sexualmente ofensivo y/o difundir rumores falsos sobre la misma(8).

-Bullying no físico y no verbal: esta forma de bullying puede ser de dos tipos:

 +Directo: Este tipo de acoso se considera relativamente inofensivo, por tratarse de gestos groseros y de desprecio sin llegar nunca a la agresión(9).
 
 +Indirecto: En esta forma de bullying, el agresor pretende excluir a la víctima de los grupos de iguales intentando que el resto de compañeros tengan aversión hacia la víctima, de forma que quede aislada y ni si quiera asista a eventos sociales, sin enfrentarse directamente con ella. Además, si la victima intenta tomar contacto con el agresor o agresores, la ignoran(10).

-Daños materiales por bullying: A causa de otros tipos de bullying que incluyen agresiones a la víctima, se pueden provocar rasgamientos en la ropa o rotura de complementos de la víctima. Además también, sin que venga precedido por otro tipo de acoso, los agresores pueden romper dañar o sustraer objetos que sean propiedad de la víctima(11).

-“Cyberbullying”: El acoso cibernético consiste en humillar, intimidar, difundir rumores falsos con el objetivo de amenazar a la víctima o dañar su imagen ante los demás, a través de medios informáticos como teléfonos móviles, ordenadores, tablets y otros aparatos electrónicos. Los acosadores también utilizan estos dispositivos para enviar mensajes y fotografías ofensivas(12).

  • Tipos en función del motivo de discriminación:

-Bullying sexual: Este tipo de bullying, puede consistir en cualquier tipo de acoso y encuentra su causa en la sexualidad o género de la víctima, por la que el acosador se burla. Por otro lado, el acoso sexual también puede consistir en que el agresor actúe de forma obscena e indecente con su víctima a través de insinuaciones, gestos, bromas o comentarios, así como de sentir de otra persona una amenaza por su aspecto físico atractivo, por lo que pretenden atacar a su “rival”(13).

-“LGBTQ bullying”: Es aquel acoso dirigido a personas a causa de su condición sexual ya sea real o imaginada por el o los agresores, ya sean lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, cualquier persona que esté en proceso de cuestionamiento de su identidad sexual o que tiene cualquier otro tipo de orientación o declinación sexual no definida, además de etiquetar a personas como homosexuales sin estas serlo para ridiculizarlos o poner en entredicho su orientación sexual(14).

-“Bias bullying”: Este tipo de intimidación se basa en la pertenencia de la víctima a un grupo determinado, que suele ser un grupo marginado o desfavorecido, es decir, este tipo de bullying se basa más en la pertenencia al grupo determinado y a las características del mismo que en las características individuales del propio individuo que es víctima(15).

-Acoso escolar racista: Este acoso suele darse por la procedencia de la víctima, ya sea de otro país o ciudad, de otra cultura, que hable otro idioma o que tenga otro color de piel. Los agresores por considerar distintas a estas personas, los atacan por creer que son individuos inferiores a los de su color de piel, cultura, país… En estos casos, el acoso se da porque además de que los agresores son racistas, intimidan a sus víctimas por tales razones, ya sea de forma física o de cualquier otro tipo de abuso, normalmente suelen utilizar de forma habitual los motes racistas(16).

-Acoso escolar a estudiantes con necesidades especiales: Al igual que en el acoso racista, los agresores en este tipo de acoso suelen intimidar por creerse superiores que sus víctimas debido a que los estudiantes con necesidades especiales poseen diferencias psíquicas o psicológicas, por las que destacan(17).

Fases del bullying

Es importante destacar que cada caso es único, aunque se definan unas fases generales, habrá casos que pasen por todas estas fases, otros casos en las que solo se den varias y casos en los que ciertas fases se den de forma conjunta, por lo que las fases no son siempre claras. Las fases son las siguientes:

  1. De los motes inocentes al estigma: En esta fase que se da cuando comienza el acoso, la víctima se siente confusa y sin saber, en muchos casos, como enfrentarse a la situación y a la humillación que, a través de motes, le provoca el acosador. Por este motivo la víctima se empieza a encontrar en un estado de ansiedad que no le permite estar relajado la mayor parte del tiempo, sino que le mantiene alerta constantemente, sin saber qué hacer si le vuelven a atacar(18).
  2. Confusión y derribo: La víctima cree que la culpa de lo que pasa es suya, por lo que intenta ocultar lo que ocurre, creyendo que lo merece. Además, piensa que debido a lo que ocurre ya no importa a nadie(19).
  3. El aislamiento: En esta fase, el grupo ha aislado a la víctima lo que provoca la pérdida de la autoestima de esta, y que acabe aislándose también a sí misma. No sabe qué hacer ni a quién contarle lo que ocurre, pero si en esta fase no se encuentra una solución, las consecuencias finales pueden ser devastadoras(20).

Triángulo del bullying

El bullying no es solo un fenómeno en el que actúan víctima y acosador, sino que hay un tercer rol asociado a los espectadores, aquellas personas que no intervienen directamente como víctima y acosador pero que son testigos de los hechos. De este hecho, se obtiene el término “Triángulo del bullying”, por lo que a continuación continúa la explicación del rol de cada implicado en este triángulo.

El acosador

El acosador es aquella persona por la que empieza el fenómeno del acoso escolar, aquel individuo que se siente atacado o molesto por ciertas circunstancias de la víctima y que por ello la ataca. Por lo general, los acosadores saben cómo utilizar el poder que poseen y por ello someten a sus víctimas. Dentro de los acosadores hay tres tipos(21):

  • Acosador inteligente: Este tipo de acosadores suelen ser individuos con alta autoestima y seguridad en sí mismos y suelen ser egoístas, por lo que por lo general suelen intentar poner a otros sujetos bajo sus órdenes. Habitualmente son personas populares en el colegio y con altas calificaciones, además de ser admirados por otros, por lo que no les es difícil tener a otros bajo control. La gran dificultad de afrontar el bullying cuando los acosadores son de este tipo, es que son muy difíciles de identificar, por sus características(22).
  • Acosador poco inteligente: Estos acosadores al contrario que los anteriores, suelen fracasar en la escuela y suelen tener un comportamiento antisocial y de riesgo, junto a una visión muy negativa de ellos mismos, de la vida y del futuro. Todo ello se debe a una distorsionada visión sobre sus experiencias pasadas que suelen estar basadas en rechazos de otras personas, fallos provocados por ellos mismos y un déficit en las habilidades sociales, lo que les lleva a intimidar y acosar de forma mezquina a otras personas del grupo de iguales que normalmente son más débiles que estos.

A pesar de que son considerados acosadores “poco inteligentes” debido a su historial y sus calificaciones, realmente no todos ellos son poco inteligentes, sino que no han sabido aprovechar su potencial y no han tenido a nadie cerca que les apoyara y ayudara a hacerlo. Además, cabe destacar que aunque tengan una actitud negativa con los demás y con ellos mismos, estos no se sienten del todo mal, debido a que gracias a sus rabietas e intimidaciones acaban consiguiendo en su mayoría lo que desean(23).

  • Acosador víctima: Este tipo de acosador, es muy característico, por verse en ciertos momentos como acosador y en otros determinados momentos como víctima. Muchos de los bullies suelen ser de este tipo.

Habitualmente, este tipo de acosador-víctima, suele ser acosado de pequeño por chicos de cursos mayores que el suyo, o por chicos de su misma edad pero con más poder que él. En estos casos suele ser muy vulnerable, débil y se le puede hundir y humillar muy fácilmente. Debido a ello, cuando avanza de curso y crece, suele inclinarse por devolver de alguna forma lo que sufrió en el pasado, por lo que muestra un carácter agresivo y sin compasión por los más pequeños. De esta forma siente que recupera el poder que había perdido y se siente mejor con respecto a su experiencia como víctima(24).

La Víctima

En segundo lugar en el triángulo del bullying se encuentra la víctima, que es la persona en la que recae toda la ira del acosador y, por tanto, es una pieza clave en este triángulo, encontrándose en el conflicto de forma directa.

En muchos casos, las víctimas pueden llegar a sentir que son culpables de haber provocado al acosador para que llegara a tal extremo. Las consecuencias que sufren pueden llegar a ser devastadoras, llegando hasta las autolesiones, intentos de suicidio y suicidios consumados, si se da el caso de que aumente la depresión en dichos individuos y decayendo su autoestima si se encuentran en casos de extrema victimización y de forma muy continuada(25).

Hay tres tipos de víctimas

  1. uno de ellos nombrado anteriormente en la clasificación de los agresores, el “acosador víctima” o “intimidador víctima”, que como hemos visto anteriormente puede considerarse en ciertos casos acosador y en otros víctima. En este tipo, vemos reflejado como el rol que toma una persona nunca es fijo, sino que puede variar, dependiendo de las circunstancias. Poniendo de ejemplo a un chico que cambia de colegio, este chico puede haber sido popular y socialmente aceptado en su colegio de origen y, sin embargo, al llegar a su nuevo colegio, ser tomado como el “novato” al que hacer bromas, por ser nuevo y no conocer a nadie que lo pueda apoyar, en este caso se vería de forma clara el cambio de rol(26).
  2. Víctima pasiva: Esta víctima suele sentirse inferior al acosador, por lo que en muchos casos intenta complacerlo, para intentar evitar consecuencias de este sobre ella. El acosador en ciertos casos no le hace daño, incluso juega o se lleva bien con ella, pero más tarde acaba intimidando a la víctima de alguna manera(27). Por lo general, esta víctima suele pasar desapercibida sintiéndose inferior al resto, situándose en posiciones bajas en la escala social entre iguales, suele mostrarse muy débil y sin defensa, de forma que para el acosador se convierte en un objetivo fácil de intimidar(28).
  3. Víctima provocadora: Es aquella que de forma intencionada o no, pretende llamar la atención y molestar e irritar al resto de compañeros de forma continuada y deliberada, ya sea por tener una actitud inmadura, inapropiada y molesta, o por no saber realmente cómo comportarse en cada lugar(29). En casos en los que la víctima es provocadora, los acosadores, se aprovechan de tal situación argumentando que la víctima tiene la culpa de la intimidación o, al menos, parte de la culpa(30).

Los Espectadores

Por último, la tercera esquina del triángulo del bullying está compuesta por los espectadores, pero no por no tomar parte directa el en conflicto, son menos importantes, ya que sin la colaboración de estos en muchos casos de bullying, muchas víctimas habrían seguido sufriendo acoso y consecuencias del mismo. De hecho, sin la colaboración de los espectadores, no hay solución posible. Hay cuatro tipos de espectadores(31):

  • Compinches: Los compinches suelen ser los mejores amigos del bully y apoyan el acoso que este ejerce sobre la víctima con “ilusión”. Normalmente este tipo de espectador es captado y manipulado por el acosador para apoyar el acoso. Habitualmente son chicos y chicas que anteriormente han sido acosados y que pasan de ser acosados a tomar parte acosando, lo que les hace tener esa ilusión por ayudar al bully en agradecimiento por haber dejado de acosarlos a ellos(32).
  • Reforzadores: No suelen ser amigos del bully ni actuar activamente pero si apoyan y refuerzan positivamente el acoso a la víctima. En ciertos momentos pueden sentirse incómodos y reservados, pero en otras ocasiones piensan que se pueden beneficiar de la situación acercándose al acosador para evitar convertirse en futuras víctimas, de forma que pueden llegar hasta sentir placer, emoción y excitación riéndose de la humillación a la víctima(33).
  • Ajenos o no comprometidos: Estos individuos, son aquellos que no desean tomar parte en la situación, toleran el acoso e intentan no llamar la atención, para evitar convertirse en víctimas, por ello su seguridad se sitúa en quedarse al margen de la situación. La mayoría de espectadores suelen ser de este tipo, no suelen reírse de la situación pero tampoco toman medidas por lo que no hacen nada por apoyar a la víctima ni tampoco al acosador(34).

Estos tres tipos de espectadores tienden a no empatizar con la victima deshumanizándola y despersonalizándola, de forma que ignoran los sentimientos que les provoca la situación, para no ponerse en contra del bully(35).

  • Defensores: El ultimo tipo de espectadores son los defensores, que suelen estar alejados del intimidador, que sienten empatía por la víctima y rechazo hacia el acosador y la situación de acoso, de forma que en muchos casos pueden convertirse en individuos que participan activamente en el apoyo y consuelo a las víctimas, condenando al acosador, y llegando a contar la situación de bullying a personas responsables que puedan solucionar la situación como padres o profesores. En muchos casos, les cuesta llegar a hacer esto por no desear cargar con la etiqueta de amigo de la víctima ya que saben que les puede traer consecuencias, pero si actúan, lo más común es que la víctima deje de serlo y se solucione el problema del caso de bullying concreto(36).

Se podría decir que hay un quinto tipo de espectadores no definido, que sería el grupo de aquellos individuos que no saben qué posición tomar ante el bullying.

Detección del bullying

Detectar el bullying no es fácil, de ahí la importancia que se le da en todo momento a los espectadores, en especial a los espectadores defensores. Pero a pesar de esto, hay una multitud de síntomas que pueden delatar a una víctima ante sus padres y profesores.

En casa, los padres pueden apreciar lesiones físicas en el cuerpo de la víctima, así como desgarramientos en las prendas de ropa de la misma y pérdida o deterioro de pertenencias o falta de dinero ya sea por reponer lo que los acosadores le rompen o quitan o para dárselo directamente a ellos por estos exigírselo de forma intimidatoria(37).

La familia también puede apreciar un cambio notable a nivel psicosocial, que destaca en la bajada de su rendimiento escolar, el deseo de no asistir a la escuela y volver a casa a horas tempranas, quedar menos con sus amigos o perderlos a causa del acoso. Además de cambios de humor muy bruscos y un cambio en la comunicación con los padres(38).

Los profesores pueden detectar casos de bullying no solo fijándose en comportamientos de personas concretas sino también en los comportamientos grupales.

Los comportamientos individuales de ciertos individuos pueden manifestar bullying cuando muestra una actitud de abatimiento, infelicidad y resignación, así como apatía y evasión. Las víctimas suelen estar apartadas del grupo en las actividades. Además, aquellas victimas que suelen trabajar bien en clase suelen presentar una bajada en sus calificaciones y en sus esfuerzos y colaboración en clase y falta con más frecuencia de la habitual a clase(39).

En el comportamiento grupal suele observarse aislamiento hacia una persona en concreto, cuando hacen actividades en grupo nadie le escoge para el suyo y suelen reírse en voz baja o llamarse la atención unos a otros ya sea por miradas cómplices o codazos entre otros gestos cuando una persona en concreto, la víctima, llama la atención o responde alguna cuestión realizada en clase(40).

Consecuencias del bullying

El bullying puede tener consecuencias para todas aquellas personas que se encuentran a su alrededor, pero más concretamente para la víctima y el agresor.

Las víctimas del bullying suelen sufrir consecuencias que pueden llegar a ser devastadoras. Habitualmente, a este tipo de víctimas se les asocia con síntomas psicológicos como la pérdida de autoestima, ansiedad social, depresión, enfados por la situación, así como sentimientos de inferioridad a los demás, de miedo a asistir a la escuela, de soledad, de maltrato, de tristeza, de odio hacia los demás y de los demás hacia ellas mismas, de inutilidad y de venganza. Además, también experimentan trastornos psicosomáticos como una deficiente adaptación escolar y dolores de cabeza(41).

Las víctimas del bullying normalmente suelen sentirse los culpables de los hechos que les ocurren, lo que puede hacer que empeoren las consecuencias nombradas anteriormente o que lleguen a límites extremos, de forma que puede llegarse a consecuencias mucho peores como las autolesiones, los intentos de suicidio y los suicidios consumados(42).

Los agresores en bullying también sufren consecuencias del propio abuso que ellos ejercen, ya que se incrementa el riesgo de que lleguen a consumir algún tipo de sustancias, se relaciona el bullying con un futuro fracaso escolar y bajo rendimiento académico y una continuación de la violencia en la adolescencia y en la edad adulta, además de predecir una carrera delictiva y criminal en el futuro(43).

Los acosadores-víctimas, que podrían clasificarse en los dos tipos de consecuencias anteriores, también tienen consecuencias propias ligadas de las dos anteriores, por lo que son las personas que suelen sufrir las más graves consecuencias tanto por su salud mental como por sus pautas de comportamiento. En general suelen encontrarse en los grupos más desajustados del resto de compañeros por lo que se suelen sentir menos seguros y desconectados del ambiente grupal, desarrollando comportamientos agresivo-compulsivos(44).

Críticas a la lucha contra el bullying

A nivel nacional, en España, en líneas generales se puede observar en las noticias que la lucha contra el bullying se ve como algo positivo por lo que recibe muchas críticas positivas.

Un caso concreto de ello, es el comunicado que hizo en diciembre de 2016 el partido político "Ciudadanos" criticando positivamente al "Partido Popular", anunciando la satisfacción que les provoca conocer la noticia de que dicho partido haya decidido incluir el problema del acoso escolar en el Estatuto de Autonomía para poner un plan en marcha contra dicho problema(45).

Además, también se puede observar una crítica general positiva ante la lucha contra este problema debido a que todos los centros escolares españoles poseen un Reglamento de Régimen Interno en el que deben contemplar ciertas medidas contra el bullying. También se debe tener en cuenta el Plan estratégico de convivencia del Ministerio de Educación, que es un plan de convivencia escolar estatal que pretende difundir y concienciar sobre la lucha contra el acoso escolar y, por el hecho de ser nacional, lo que en él se nombra, repercute a todo el país y, por tanto, a todos los centros escolares del territorio español. Cabe destacar, además, que cada Comunidad Autónoma posee sus propios protocolos de actuación en distintos ámbitos en torno a la Convivencia Escolar, en el caso de Andalucía, se incluye entre sus ámbitos, por supuesto, el Protocolo de actuación en supuestos de acoso escolar.

Causas del bullying

El bullying comenzó a provocar suicidios a finales de los 60 por lo que Suecia decidió iniciar investigaciones sobre dicho fenómeno.

En el problema del bullying intervienen muchas variables en relación a los protagonistas como son las relaciones familiares, los factores personales tanto de la víctima como del acosador, las relaciones escolares, la crianza de ambos y el embarazo de sus respectivas madres, los grupos de iguales, el contexto social y otros factores como el racismo, la violencia de género, las actitudes machistas, la homofobia y la xenofobia entre otros.

El acoso suele producirse por aprovecharse el acosador de la inseguridad, la baja autoestima y el miedo de la víctima, así como de las dificultades personales para relacionarse, defenderse ante él o pedir ayuda a otros.

Por lo general, que la víctima se vea indefensa, débil, tenga baja popularidad y autoestima, sea rechazada, insegura, tímida, con miedos y falta de asertividad crea una situación de riesgo para la misma ante los acosadores que frente a las víctimas suelen ser más fuertes y poderosos física, psicológica y socialmente, además de ser dominantes sometiendo a sus víctimas por la fuerza.

También influye como factor de riesgo para la víctima, que esta tenga sentimientos de culpabilidad que hace que se vea más insegura a la hora de comunicar su situación a otros, que tienda a la depresión y el estrés, que se de una sobreprotección por parte de su familia, incluso que existan características como los gestos de esta o la postura o inclusive su discurso que hagan inintencionadamente que la víctima “provoque” al agresor, no porque esta lo busque sino porque dichos aspectos provocan en el agresor una sensación de que la víctima se merece el acoso porque le provoca a llevarlo a cabo.

Por parte del acosador, las causas del bullying pueden verse relacionadas con la desigualdad de poder por ser, por lo general, populares con apoyo por el miedo y respeto que crea ante los demás, sin sentimiento de culpabilidad, con impulsividad y agresividad, sin tener control sobre la ira. El acosador tiende a no saber regular sus emociones tener baja tolerancia a la frustración y tender altamente al psicoticismo.

Además de verse influidos por la falta de normas y control parental que le llevan a no reconocer la autoridad y saltarse las normas externas, procediendo de hogares donde se destacan la agresividad, la falta de cariño y la violencia. El acosador acostumbra a ser mal estudiante con baja autoestima académica, consumidor de alcohol y otras drogas.

Respecto a ambas partes, una causa importante es la asimetría que se da entre ambos en relación a diferencia entre características personales, de poder y fuerza ante los demás. También la intencionalidad es una causa relevante, por tener el acosador constantemente la finalidad de molestar a su víctima causándole un daño.

Por último, la minimización de los daños causados a la víctima por parte de todo su alrededor, como familiares, profesores, compañeros… por creer que se tratase de un hecho aislado o para ocultar lo sucedido para proteger al acosador, es otra causa muy importante, ya que en vez de frenar el hecho, causa que se empeore(46).

Efectividad de los programas contra el bullying

El bullying es un fenómeno que puede presentarse en casi cualquier ámbito de la vida de la persona, aunque especialmente, el ámbito en el que se da por antonomasia es en el escolar, además de ser el ámbito más perjudicial. Por ello, la mayoría de países han decidido que en las escuelas deben estar presentes programas de prevención e intervención contra el fenómeno del bullying. Aunque se den en la mayoría de las escuelas, las políticas y programas anti-bullying varían de unas escuelas a otras, pero siempre siguiendo el mismo objetivo general, proteger a los alumnos de dicho fenómeno para poder tener una vida escolar satisfactoria. Cabe añadir también, que en los casos individuales será cada centro escolar el que decida cómo actuar de la mejor manera en beneficio tanto de la víctima, para que acabe su situación, como del acosador, para que modifique sus conductas y se “rehabilite”. Pero para ello, dichas campañas necesitan de tiempo y esfuerzo para su implantación y su éxito.

Por lo general dichas medidas antes de implantarse, requieren que cada centro escolar examine como se encuentra dicho centro con respecto al bullying, examinar si es un gran problema dentro de cada centro o se da en casos puntuales y cuáles son los motivos de ello, para poder actuar de forma efectiva.

A rasgos generales, todos los programas anti-bullying, tienen objetivos comunes, que para llevarlos a cabo requieren de un conocimiento por parte del personal del centro, es decir, que el director, profesores, orientadores… tengan conocimiento del programa y de las acciones que deben llevar a cabo. Por tanto, estos deben conocer el concepto de bullying, establecer medidas específicas en caso de que tengan conocimiento de algún caso de abuso (como la investigación del mismo, la comunicación al resto de profesorado, dirección y padres, hablar con los alumnos implicados así como aplicarles sanciones disciplinarias y medidas de apoyo, entre otras), asegurar que estos conozcan esas medidas y las cumplan, informar a padres y estudiantes tanto de la existencia del programa y sus medidas como de sí se conoce algún caso de acoso en el que su hijo o hija se vea implicado y apoyarlos en caso de que esto se dé para llegar a conseguir un ambiente de protección en el ámbito escolar.

A nivel mundial, después del conocimiento de varias investigaciones, se puede concluir que la mayoría de programas no tienen el éxito deseado que se busca con ellos. Se puede destacar que un programa que tuvo cierto éxito en un principio fue el “Programa Olweus de Prevención de la Intimidación”, que tuvo bastante éxito en su implantación en Noruega. Al conocer esto, Estados Unidos quiso llevarlo a cabo en su territorio, pero solo tuvo éxito en un principio ya que conforme evolucionaba dejaba de ajustarse a los preceptos originales del programa, que eran los que funcionaban realmente.

El resto de programas al que hacen referencia las investigaciones no han tenido éxito o su éxito ha sido escaso, ya que, si es cierto que se ha venido constatando una reducción del fenómeno, no ha sido gracias a dichos programas. De hecho, según un estudio reciente del “Journal of Criminology”, los niños que asisten a colegios con dichos programas tienden más a implicarse en espirales de bullying que los que están en colegios sin programas de este tipo, quizás sea porque al tratarse tanto el fenómeno en dichos colegios, los chicos acaben experimentando el acoso por la curiosidad que les crea la continua importancia que se le da en la escuela y, por tanto, no merece la pena llevar a cabo dichos programas, ya que en la relación gastos-resultados no se advierte éxito ni viabilidad.

Como hemos podido ver anteriormente, la meta principal de los programas contra el bullying son el de evitar dicho acoso entre los estudiantes, pero por lo general, en los colegios en que han sido aplicados se advierten resultados dañinos, por razones como los cambios de opinión de los alumnos frente al bullying y las sanciones sociales a través de las críticas, ya que los chicos que lo llevan a cabo pueden quedar marcados para toda su vida por la etiqueta social que ello conlleva, por tanto, es posible que los acosadores por esta causa no puedan cambiar su estilo de vida y comportamiento. Aunque es indudable que se les deben imponer sanciones, también es importante proporcionarles apoyo para el cambio.

Por último es importante destacar, que si bien, por lo general los programas no tienen demasiado éxito, en las escuelas de grandes dimensiones, el éxito es aún menor, debido a que por la gran confluencia de estudiantes que se concentran en dichos centros escolares, es muy complicado tener un control extenso sobre ellos, por lo que es más complicado detectar un caso de bullying y, por tanto, solucionarlo de manera efectiva(47).

Referencias

(1)Vid. Por todos: SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, Barcelona, 2005, pág. 9. LINES, D., The Bullies: Understanding bullies and bullying, Londres, 2008, pág. 17-19. BARRI VITERO, F., SOS bullying: prevenir el acoso escolar y mejorar la convivencia, Madrid, 2006, pág. 53 y 95.

(2)Vid. por todos: SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 9. DUPPER, D.R., School bullying: new perspectives on a growing problem, New York, 2013, pág. 9. BARRI VITERO, F., SOS bullying: prevenir el acoso escolar y mejorar la convivencia, cit., pág. 96.

(3)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 5.

(4)Vid. por todos: SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 6. BARRI VITERO, F., SOS bullying: prevenir el acoso escolar y mejorar la convivencia, cit., pág. 54 y 55.

(5)Vid. por todos: SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 7. DUPPER, D.R., School bullying: new perspectives on a growing problem, cit., pág. 9.

(6)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 11.

(7)Vid. por todos: SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 5. DUPPER, D.R., School bullying: new perspectives on a growing problem, cit., pág. 10.

(8)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 5.

(9)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 5.

(10)Vid. por todos: SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 6. DUPPER, D.R., School bullying: new perspectives on a growing problem, cit., pág. 10.

(11)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 6.

(12)Vid. Por todos: DUPPER, D.R., School bullying: new perspectives on a growing problem, cit., pág. 10. MIZRAHI, Alejandra, 100 ideas para la resolución de conflictos, Buenos Aires, 2009, pág. 16.

(13)Vid. por todos: SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 15. DUPPER, D.R., School bullying: new perspectives on a growing problem, cit., pág. 10.

(14)Vid. por todos: SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 15. DUPPER, D.R., School bullying: new perspectives on a growing problem, cit., pág. 40.

(15)DUPPER, D.R., School bullying: new perspectives on a growing problem, cit., pág. 10.

(16)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 14.

(17)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 14.

(18)PÉREZ ROMERO, E., “El bullying o abuso escolar”, en Revista Digital de Innovación y Experiencias Educativas, núm. 27, 2010, pág. 3.

(19)PÉREZ ROMERO, E., “El bullying o abuso escolar”, en Revista Digital de Innovación y Experiencias Educativas, núm. 27, 2010, pág. 3.

(20)PÉREZ ROMERO, E., “El bullying o abuso escolar”, en Revista Digital de Innovación y Experiencias Educativas, núm. 27, 2010, pág. 3.

(21)Vid. por todos: SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 16. BARRI VITERO, F., SOS bullying: prevenir el acoso escolar y mejorar la convivencia, cit., pág. 97.

(22)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 16.

(23)Vid. por todos: SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 16 y 17. BARRI VITERO, F., SOS bullying: prevenir el acoso escolar y mejorar la convivencia, cit., pág. 54 y 97.

(24)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 17.

(25)Vid. por todos: SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 19. BARRI VITERO, F., SOS bullying: prevenir el acoso escolar y mejorar la convivencia, cit., pág. 56.

(26)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 18.

(27)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 19.

(28)Vid. por todos: SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 19. BARRI VITERO, F., SOS bullying: prevenir el acoso escolar y mejorar la convivencia, cit., pág. 97.

(29)Vid. Por todos: SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 19. LINES, D., The Bullies: Understanding bullies and bullying”, Londres, 2008, pág. 17-19.

(30)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 20.

(31)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 20.

(32)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 20, 118 y 119.

(33)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 20 y 119.

(34)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 20, 119 y 120.

(35)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 21.

(36)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 20 y 21.

(37)Vid. por todos: SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 13. BARRI VITERO, F., SOS bullying: prevenir el acoso escolar y mejorar la convivencia, cit., pág. 99.

(38)Vid. por todos: SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 13. BARRI VITERO, F., SOS bullying: prevenir el acoso escolar y mejorar la convivencia, cit., pág. 99.

(39)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 14.

(40)SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 13 y 14.

(41)Vid. por todos: SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 6. DUPPER, D.R., School bullying: new perspectives on a growing problem, cit., pág. 20. BARRI VITERO, F., SOS bullying: prevenir el acoso escolar y mejorar la convivencia, cit., pág. 57, 97 y 98.

(42)Vid. por todos: SULLIVAN, K.; CLEARY, M. y SULLIVAN G., Bullying en la Enseñanza Secundaria: el acoso escolar cómo se presenta y cómo afrontarlo, cit., pág. 19. BARRI VITERO, F., SOS bullying: prevenir el acoso escolar y mejorar la convivencia, cit., pág. 57 y 98.

(43)DUPPER, D.R., School bullying: new perspectives on a growing problem, cit., pág. 20.

(44)DUPPER, D.R., School bullying: new perspectives on a growing problem, cit., pág. 20.

(45) HERMIDA, G., “C's critica al PP por pedir luchar contra el bullying en el Estatuto mientras para su aplicación” en periódico digital Cartagena de Ley: Sucesos, tribunales y tráfico, Cartagena, 2016.

(46)Vid. por todos: SUTTON, J., SMITH, P.K. y SWETTENHAM, J., Bullying and ‘Theory of Mind’: A Critique os the ‘Social Skills Deficit’ View of Anti-Social Behaviour, London, 1999. MARTÍNEZ, J. M. A., Diferencias de atribución causal en el bullying entre sus protagonistas, 2006. Oñederra, J. A., Bullying: concepto, causas, consecuencias, teorías y estudios epidemiológicos, Donostia-San Sebastián, 2008. Readers Have Rights, Criticism is not Bullying, 2012.

(47)Vid. por todos: FERGUSON, C. J., Anti-Bullying Programs Could Be A Waste of Time, 2013. CREELEY, W., A Thoughtful Critique of New Jersey’s Anti-Bullying Law, 2012. Nobullying.com., How Effective are Anti-Bullying School Policies?, 2016. VEGA, Jane M., An Anti-Bullying Program in Review. 2012.

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