El Estado de las prisiones en México D.F

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México es un país de América, ubicado en la parte meridional de América del Norte. La ciudad de México es conocida como Distrito Federal y es considerada oficialmente la capital del país. Se divide en dieciséis demarcaciones territoriales y tiene alrededor de 8.9 millones de habitantes [1]. La capital es el núcleo urbano más grande del país y el principal centro político, educativo, económico, de moda, empresarial y cultural.

En las últimas décadas el crecimiento demográfico ha aumentado en el Distrito Federal debido a que la capital es considerado una zona metropolitana e industrial y este hecho atrae gran cantidad de mano de obra. La zona metropolitana de la Ciudad de México está formada, como ya hemos dicho, por 16 demarcaciones y así mismo 40 municipios. Dentro de ese territorio conviven distintos grupos étnicos: mixtecos, otomíes, zapotecos y mazahuas, además de los extranjeros que llegan a esa ciudad.

Sistema penitenciario y prisiones

En esta capital mexicana existe un sistema penitenciario que actualmente se encuentra en funcionamiento y con reformas penales muy relevantes.

Pero es que al igual que la mayoría de los sistemas penitenciarios de America latina, los centros penitenciarios de México tienen marcadas carencias organizacionales y serias deficiencias funcionales. En dichos centros existe una infraestructura preparada para la reclusión de los presos, pero no se emplea correctamente.

En México Distrito Federal existen 11 centros con una capacidad de 22,524 prisioneros pero la falta de recursos financieros y de personal calificado, repercute en la carencia de sistemas de seguridad confiables y en la ineficiencia de las funciones de custodia, ya que éstas no se realizan conforme a las leyes y reglamentos en vigor, creando así altos niveles de corrupción en todas sus formas y modalidades. Por lo tanto Se registra sobrepoblación en los centros penitenciarios, las tasas de reincidencia son altas; los delitos de alto impacto no han dejado de crecer; la violencia prolifera en los penales; los grupos criminales operan desde el interior de los centros penitenciarios; aunque la población penitenciaria se ha duplicado (Lecuona Zepeda, Guillermo. 2013). Por ello, las comisiones de los Derechos humanos han informado a las grandes organizaciones que existen anomalías en la operación de estos establecimientos.

Desde hace más de 30 años las prisiones mexicanas nunca habían estado peor. Y es que el Centro Penitenciario del Estado de México fue quien inició las reformas para mejorar las leyes y las infraestructuras penitenciarias en1967. Pero estos esfuerzos por mejorar fueron en vano ya que los gobiernos siguientes optaron por fracasar en este ámbito. Y es que en la última década se ha observado un crecimiento del crimen organizado que, por supuesto, afecta a todas las áreas sociales y como no repercute en las prisiones y los prisioneros.

Así pues, la vida social se está "criminalizando" cada vez más. Y para resolver los problemas causados por la sociedad, México utiliza sus leyes penales para castigar a quien comete delitos. El espectro penal crece de manera desbordada ya que la sanción preeminente en la legislación penal mexicana es la prisión. Se cree que en México el 95% de los delitos tiene contemplada pena de prisión. De hecho, la constitución penal mexicana establece en su artículo 22 lo siguiente: Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquier especia, la multa excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado (Lecuona Zepeda, Guillermo. 2013).

Pues bien, para entender mejor la situación actual de las prisiones en México, es necesario conocer de antemano el objetivo principal que tiene el sistema penitenciario para los prisioneros. El principal referente normativo del sistema penitenciario es la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que establece en el artículo 18: El sistema penitenciario se organizará sobre la base del respeto a los derechos humanos, del trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte como medios para lograr la reinserción del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir, observando los beneficios que para él prevé la ley.

Estado actual de las prisiones en México D.F.

Así pues, el análisis del estado de las prisiones en el gobierno federal son muy complejas y al mismo tiempo difíciles de entender. Son muchas las características que abordan en el tema de las prisiones pero aquí exponemos las principales para comprender mejor el estado de estas:

En primer lugar, tratamos el tema de la población. Existen 226,102 internos en todas las 449 cárceles en México, con un sobrecupo de casi el 30%, y en algunos lugares hasta del 500% como sería el caso del Distrito Federal (11 centros penitenciarios únicamente), en donde algunas celdas fueron creadas para contener a un total de 1,250 internos. Pues bien, es interesante saber que las celdas son "trinarias", es decir, que solo existe espacio para tres presos por celda pero actualmente viven hacinados en celdas que contienen hasta 60 o 70 de ellos. La razón por la cual ha incrementado la población penitenciaria, cabe destacar que: ha habido un incremento en los índices delictivos; reformas a los códigos que han endurecido las penas y, medidas administrativas que prolongan la estancia en prisión.

En segundo lugar el tema de las instalaciones. Para mantener los espacios limpios y en buen orden es necesario personal que lo haga, pero la realidad es que no existen personas dedicadas a ello. Por lo tanto en poco tiempo las instalaciones se convierten en espacios sucios e insalubres donde no se puede respirar, donde algunos de ellos tienen que dormir encima uno de otros, etc. La mayoría de las prisiones se hallan en estados “destructivos”, malolientes, con los servicios más elementales cancelados, sin espacios verdes ni lugares de visita familiar.

En tercer lugar el personal de prisión. En las cárceles de México D.F. se encuentran encerrados, gran parte, del crimen organizado en especial, narcotraficantes de gran importancia. Y es que este hecho ha podido con las autoridades penitenciarias. Dentro de cada prisión existen leyes y normas “que se deberían respetar” pero es que no es así. Quienes controlan todos los espacios del centro son aquellos que tienen una economía bastante elevada y eso permite que se corrompa todo y a todos sin importar categorías. El personal administrativo pone sus negocios dentro del centro como tiendas y restaurantes, algunos ponen en venta las celdas y al mismo tiempo la venta de droga, otros venden los dictámenes para la libertad o la mera concesión de otros beneficios,etc. Y en cuanto al personal de custodia, en algunos casos, favorece fugas por cuotas muy elevadas.

Por otro lado, se deben pagar los servicios básicos: agua en el baño, luz en las celdas, por tener un sitio decoroso para vivir, por hacer deporte, ocio y las visitas familiares, íntimas o especiales, la asistencia médica, la comida, etc. Esto quiere decir que el dinero es el motor de todo centro puesto que quien no tenga, vive en condiciones miserables.

En cuarto lugar las instalaciones médicas. Dichas instalaciones se encuentran en las peores degradaciones, es decir, carecen de elementos adecuados para funcionar correctamente. No existen medicinas suficientes para todos los tratamientos, y las que existen han caducado. Los instrumentos quirúrgicos están expuestos a infecciones puesto que no existe un proceso de desinfección como mínimo. La salud en las comunidades carcelarias, sea física o mental, está colapsada en todos los aspectos. Incluyendo el del personal.

Existe así mismo también el “autogobierno”. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha detectado que en los centros penitenciarios de México D.F. hay lo que se llama “autogobierno”. Esto quiere decir, que los reclusos realizan actividades que corresponden exclusivamente a funciones de autoridades. Controlan desde la vigilancia penitenciaria hasta la organización de actividades. Esto nos lleva al tema de la seguridad del centro. Actualmente no existe dicha seguridad para los reclusos. El personal de vigilancia hace muy poco por salvaguardar a los internos, ignoran peleas entre ellos e incluso llegan a ser cómplices de los reclusos que “gobiernan” en el centro.

Webgrafía

1. México D.f. En Wikipedia. Recuperado el 16 de noviembre de 2016 https://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A9xico

2. Ovalle Favela, José. (s.f.). Derecho penal. Sistema penitenciario y correccional de México. Recuperado el 16 de noviembre de 2016: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/5/2333/6.pdf

3. Procuraduría general de Justicia del Distrito Federal. (2013) Comisión de Derechos Humanos. Recuperado el 17 de noviembre de 2016: http://cdhdfbeta.cdhdf.org.mx/wp-content/uploads/2014/03/reco_1302.pdf

4. Bergam, Marcelo & Azaola Elena (2007). Cárceles en México: Cuadro de una crisis. Recuperado el 20 de noviembre de 2016: http://revistas.flacsoandes.edu.ec/urvio/article/viewFile/1054/966

5. Zepeda Lecuona, Guillermo. (2013) Situación y desafíos del sistema penitenciario mexicano. Recuperado el 21 de noviembre de 2016: http://mexicoevalua.org/wp-content/uploads/2016/05/El-Sistema-Penitenciario-Mexicano-GZEPEDAL-2013.pdf

6. Sánchez Galindo, Antonio. (s.f.) Situación general de las prisiones en la actualidad a nivel nacional. Recuperado el 17 de noviembre de 2016: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/7/3064/25.pdf